Entre los defensores de la "creencia reencarnacionista" se hallan multitud de personajes de gran fama y renombre social. Recordemos algunos ejemplos: Jean Le Poulain (creía ser la reencarnación de una aviador durante la Primera Guerra Mundial)... Napoleón Bonaparte (también creyó haber sido en otro tiempo Carlomagno)... Yoko Ono (quien afirmaba haber conocido a John Lennon en una vida anterior)... Shirley MacLaine (fue bailarina en Egipto... y dueña de un "sallon" durante la fiebre del oro norteamericana)... Sylvester Stallone (murió guillotinado durante la Revolución Francesa).
El caso es, que no podemos afirmar si están en lo cierto o no. Demostrar empíricamente que las experiencias y recuerdos obtenidos en una regresión hipnótica, son atribuibles a vidas pasadas, es una tarea, prácticamente imposible por el momento. También es verdad, que existe cierto número de casos muy bien estudiados y documentados, para los que la Ciencia, no encuentra ninguna explicación. Personalmente, no me atrevo a contestar en un sentido o en otro. Eso sí, tengo que manifestar, que algunas hipótesis que tratan de dar respuesta al fenómeno, me parecen más coherentes que otras, y en ello voy a basar el contenido de este artículo. Un artículo, que solo pretende exponer los argumentos a favor y en contra, de cada una de las teorías que se barajan en relación con el tema. Y como dice el tópico... que cada cual extraiga sus propias conclusiones.
Una primera reflexión, nos lleva a preguntarnos, si debemos aceptar estos recuerdos como reales; y en caso de admitirlos como tales; si ello, aportaría una prueba de la veracidad de la reencarnación. Una respuesta afirmativa a la primera pregunta, no derivaría necesariamente en otra también afirmativa de la segunda, como puede parecer a simple vista. Trataremos de explicarlo más adelante. Pero vayamos por partes.
Existen diversas teorías que tratan de explicar de donde provienen los recuerdos que asoman a nuestra mente durante una regresión. Y evidentemente nos referimos a aquellos recuerdos que nada tienen que ver con nuestra vida presente; es decir, solo hablamos de los que podrían ser asociados a anteriores reencarnaciones. Las teorías con una mayor consistencia explicarían que recibimos tal información...
- de una Fabulación Inconsciente.
- de una Transferencia de información del hipnólogo hacia el individuo hipnotizado.
- de la Memoria Genética,
- de otras vidas anteriores (Reencarnación)
- del Inconsciente Colectivo
Vayamos una por una, reflexionando y examinando los puntos que se esgrimen a su favor y en su contra.
- Fabulación Inconsciente: Sabemos que la mente es capaz de generar experiencias subjetivas e irreales durante el estado hipnótico, dicho de otro modo "fantasear". Sin embargo, no podemos obviar, que muchos de los testimonios, no pueden explicarse como simples fantasías surrealistas. Bien es verdad, que una parte importante de estos relatos, no se sostiene en pie, ni ante los ojos del hipnólogo más partidario de la hipótesis "reencarnacionista"; pero otros testimonios no se pueden explicar bajo la tesis de una "fabulación inconsciente" por parte del sujeto hipnotizado. Me refiero, a los que tras una investigación seria y minuciosa, se llega a la conclusión, de que tales recuerdos se corresponden con pasajes históricos reales que vivieron los personajes con los que se identifica el individuo hipnotizado. Recordemos el caso de Brydey Murphy, donde una mujer norteamericana - Ruth Simmons, cuyo verdadero nombre era Virginia Tighe - reconstruyó bajo hipnosis toda una vida de alguien que vivió en la Irlanda de fines del siglo XVIII y cuyo nombre era Brydey Murphy, aportando multitud de detalles posteriormente comprobados y que hacen inviable que la historia relatada, fuera tan solo producto de su imaginación. Pero es que, casos similares al de Brydey Murphy, los hay a cientos y alguno de ellos, los he presenciado e investigado en primera persona. Por lo tanto, afirmar que todos los contenidos que emergen durante la regresión hipnótica, sean producto de nuestra fantasía, no me parece muy acertado. Por ello, en mi opinión esta primera hipótesis debemos desecharla, por lo menos en un gran número de casos.
- Transferencia de información del hipnólogo al sujeto hipnotizado: Tampoco me parece muy coherente. Bien es verdad, que el hipnotizador puede sugerir ciertos contenidos al sujeto hipnotizado, pero transmitirle una historia que él tampoco conoce, tampoco parece muy creíble. Además, aún aceptándolo, nos encontraríamos como al principio del enigma.... porque la pregunta sigue en pie... ¿de donde extrae el hipnólogo tales recuerdos, si él tampoco conoce los hechos? Además, hay otra razón de bastante peso, el hipnólogo se encuentra en un estado consciente (Ondas Beta) y el sujeto hipnotizado en estado inconsciente (hipnosis) donde predomina un ritmo de actividad cerebral mucho más bajo, Ondas Alfa y Theta. En este último estado, está suficientemente comprobado que la receptividad y el predominio de la percepción extrasensorial es mucho mayor. Es mucho más coherente pensar pues, que es, el individuo hipnotizado a nivel inconsciente, quien incorpora a su mente tal información, venga esta de dónde venga.
- Memoria Genética: Es algo que sostienen bastantes investigadores. Según ellos, en el "código genético" está la clave de éste y otros misterios. El descubrimiento de los ácidos ribonucleicos y desoxirribonucleicos ha permitido vislumbrar lo que puede ser la respuesta a muchos procesos misteriosos, desde el "dejá vu" hasta la creencia de la reencarnación. Afirman que si aceptamos que nos es trasmitida una información por vía genética, también podríamos aceptar que tal información lleva latente los recuerdos, emociones, sentimientos y experiencias de quienes nos precedieron. Es decir que "algo de nuestros antecesores" - incluso de épocas remotas - ha pervivido en el mensaje genético encerrado en el ADN. No obstante, esta teoría también conlleva una reflexión en su contra de bastante consistencia. Veamos: una persona podría recordar situaciones y vivencias de su padre, abuelo, bisabuelo, tatarabuelo, etc etc. Pero... ¿y si se demuestra que su línea genealógica nunca estuvo relacionada con el lugar de donde provienen tales recuerdos?. Por ejemplo... ¿puede un ciudadano español cuyos ascendientes nunca conocieron la Alemania nazi, recordar una experiencia en un campo de concentración alemán durante el genocidio de los judíos?. Con una diferencia de tan solo cincuenta años, existente desde la época actual hasta el periodo de la Segunda Guerra Mundial, no podríamos más que abarcar recuerdos correspondientes a un par de generaciones precedentes. Por ello y si comprobamos que ningún antepasado reciente vivió en tal época, parece evidente que la memoria genética no es la promotora de tales recuerdos. Por lo tanto, esta hipótesis, no podría explicar en absoluto, multitud de experiencias extraídas bajo regresión hipnótica. Y no digamos nada, cuando los testimonios nos llevan a entornos muy distantes a los de la persona hipnotizada, como la India, Nepal, Egipto (tomando como punto de referencia, por ejemplo España). Entornos ajenos no solo al nuestro actual, sino también a todos nuestros directos predecesores, y de quienes presumiblemente hemos recibido la información genética.
- Otras Vidas (Reencarnación): Llegamos a la hipótesis más atractiva, seductora y como recordábamos al principio, la que más seguidores tiene: "la Reencarnacionista". La reencarnación, en cualquier caso, es una creencia muy bella y esperanzadora. Nos consuela ante la aterradora perspectiva de desaparecer definitivamente después de la muerte. Además, personalmente también creo que vivir una sola vida, sería algo bastante injusto; mientras que si consideramos la reencarnación como algo real, tendríamos la posibilidad de paulatinamente y a través de diferentes existencias, ir puliendo y perfeccionando todos lo errores y defectos, que todos y sin excepción, tenemos. Además, nos aporta la agradable sensación de esperar transformar en hechos reales, y en una futura existencia, aquellos objetivos y sueños, que no nos ha sido posible en esta. Por otro lado, siempre me he preguntado, que en caso de no aceptar la reencarnación y seguir creyendo en la inmortalidad del alma...¿que alternativa nos queda?... ¿un cielo o infierno eternos? ¿perpetuarnos como espíritus inmortales? ¿y con que objetivos?. Si aceptamos la reencarnación, las respuestas a tales preguntas parecen - aparentemente - poder responderse con una mayor facilidad.
No obstante, una cosa es lo que deseamos y otra lo que las evidencias nos sugieren como cierto. La Reencarnación - y siempre bajo mi punto de vista - cuenta con algo muy en su contra. La población sobre la Tierra, ha ido aumentando – y lo seguirá haciendo - de forma progresiva como todos sabemos. Hoy en día, casi hemos duplicado el numero de habitantes sobre nuestro planeta con respecto a algunos pocos años atrás. Y habría que multiplicar por 10, 50, 100, 1000 etc , etc., según nos alejemos en el tiempo. Según esto, muchos sujetos de los que sometemos a una regresión hipnótica, no deberían recordar absolutamente nada, pues resulta obvio que su vida presente correspondería a su primera "encarnación" (no "reencarnación") sobre la Tierra.
Bien es verdad, que replicando a esta cuestión, algunas escuelas esotéricas afirman que nuestras almas podrían haberse encarnado anteriormente en otros mundos o planos de existencia y desde los cuales vendríamos a reencarnarnos a la Tierra. Pero también, si ello fuese así, se debería recordar – bajo el estado hipnótico - tales vivencias experimentadas en otros planetas, dimensiones o planos de existencia. Sin embargo, ello no es así. La experiencia nos dice, que la práctica totalidad de sujetos hipnotizados (aunque hay excepciones) solo rememoran vivencias relacionadas con pasajes históricos dentro de nuestro contexto planetario. Es una cuestión de aplicar las matemáticas y nada más.
También es cierto, que existen personas que han sido curadas de ciertas dolencias como úlceras sangrientas, al recordar que fueron acuchilladas en una vida anterior en la misma zona... Ahora bien, ¿tenían una úlcera a consecuencia del trauma de una muerte anterior provocada por una cuchillada; o por el contrario, visualizaron esa muerte a causa de la úlcera que tenían en esta vida? Como he dicho al principio, es imposible de comprobar tales cuestiones. Aunque es justo reseñar, que para la mayoría de personas sometidas a una regresión, tales recuerdos son verdaderos. Al menos, sus sentimientos y sensaciones así se lo trasmiten.
En los últimos dos siglos la doctrina de la reencarnación está presente en el eje central de buena parte de los nuevo movimientos filosóficos y religiosos, destacando especialmente las escuelas teosóficas, antroposóficas y espiritistas. Hoy en día la creencia de la reencarnación está presente en una parte muy importante de las nuevas sectas y religiones "pret a porter", así como entre el variopinto abanico ideológico de la "New Age", donde son corrientes las terapias basadas en la supuesta incidencia de vidas anteriores sobre los problemas cotidianos que arrastramos los mortales. La historia de la doctrina reencarnacionista muestra claramente, que su aparición y éxito, se debe básicamente, a un intento de dar explicación a las injusticias y desigualdades entre los humanos.
- Inconsciente Colectivo: Carl Gustav Jung, pasó a la historia como el propulsor de esta teoría, pero no olvidemos que la creencia de una especie de "almacén de memoria gigantesco" que archivaría todo cuanto ha ocurrido desde la creación de la especie humana es muy antigua. Y no solo existiría un "almacén de memoria" como privilegio de la especie humana, sino también tendrían el suyo el resto de las especies. Es lo que se conoce como "campos morfogenéticos". En relación con la raza humana (campo antropomórfico) no nos estamos refiriendo simplemente a un archivo de datos, fechas y acontecimientos; sino a sensaciones, sentimientos y emociones que han sido incubadas por cada hombre y mujer desde que la raza humana, sea de la forma que fuese, comenzó su andadura por este planeta. Ya, la tradición esotérica enseña que vivimos sumergidos en un "océano fluídico". Este "fluido" es tan sensible que todo queda inscrito en él, absolutamente todo: el más insignificante de nuestros actos, la más tenue de nuestras emociones, el más fugaz de nuestros pensamientos... Esta "dimensión registradora" está compuesta de una materia extremadamente sutil que desprenden todas las criaturas: los seres humanos, los animales, las plantas e incluso las estrellas. A este fluido Hermes Trismegisto lo llamó "Telesma". Posteriormente los hindúes lo denominaron "akasha". Pero en realidad, este tipo de materia ha recibido numerosos nombres: "electricidad cósmica", "serpiente original", "fuerza fohat". El caso es, que según esta creencia, cada criatura que piensa, siente y se mueve en el Universo, le imprime nuevas vibraciones. Este "akasha" tiene la propiedad de registrar todo cuanto sucede en el Universo. En ocultismo se denominan "registros akásicos" a esa especie de dimensión imperceptible, pero a la vez, tan cercana a nosotros.
Pero como decíamos, fué Carl Gustav Jung quien dió estructura y nombre a la teoría del "inconsciente colectivo". A ella llegó con planteamientos similares a los descritos anteriormente, pero aportando a esta creencia unas nuevas perspectivas y contenidos. Carl Gustav (1875-1961), psiquiatra y psicólogo suizo, ensanchó el acercamiento psicoanalítico de Sigmund Freud, interpretando los disturbios mentales y emocionales como tentativa de encontrar la integridad personal y espiritual. En especial, su experiencia con psicóticos fue decisiva para su acercamiento a Freud , pues el médico vienés había tenido contacto tan solo con neuróticos. Jung era hijo de un clérigo protestante, y desarrolló durante su solitaria niñez una inclinación para soñar y fantasear que influenciaron en gran medida su trabajo de adulto e imprimieron un singular carácter a su existencia.
Se graduó en Medicina en 1902 en las universidades de Basilea y de Zurich, con un profundo conocimiento en Biología, Zoología, Paleontología, y Arqueología - por cierto, carrera esta última que dejó por un sueño que tuvo -. Estos estudios le trajeron renombre internacional y lo condujeron a una colaboración cercana con Freud. Sin embargo, Jung declaró su independencia hacia la estrecha interpretación sexual de Freud con respecto a la líbido, intentando demostrar los paralelismos cercanos entre los mitos antiguos y las fantasías psicóticas y explicando la motivación humana en términos de una energía creativa más grande. Renunció a la presidencia de la Sociedad Psicoanalítica Internacional y fundó su propia "escuela", animado por otros colegas, pacientes y amigos.
Más adelante, sus trabajos estuvieron dirigidos hacia una distinción entre las sensaciones personales y los pensamientos inconscientes o reprimidos, desarrollados durante la vida de un individuo, y lo que denominó "inconsciente colectivo"; es decir, sensaciones, pensamientos, y memorias compartidas por toda la humanidad. El "inconsciente colectivo", según Jung, se compone de lo que él denominó, tomando a Platón como referencia "arquetipos, " o "imágenes primordiales". Éstas corresponden a las experiencias de la Humanidad, típicas. Según Jung, aspectos como el afrontar la muerte, el miedo a lo desconocido, nuestra actitud ante el sexo, el elegir un compañero con quien compartir nuestra vida, la búsqueda de una trascendencia, etc., etc. ... encontraron su manifestación simbólica en las grandes religiones, mitos, cuentos de hadas y fantasías de la raza humana. Jung observó que en las mitologías y culturas de las más diversas civilizaciones había una serie de creencias que eran comunes. Por ejemplo, en todas se creía que los espíritus descienden siempre del cielo, que el Sol representa la divinidad, que el agua es símbolo de vida, etc. etc. Es decir, que en todos había una serie de arquetipos comunes; y que eso era así, tanto si se trataba de un aborigen australiano o de un ejecutivo japonés. Hemos de recordar que el concepto de arquetipo ha estado presente a lo largo de la historia en las reflexiones de grandes pensadores, desde Platón hasta Hermes Trismegisto pasando por Filón de Alejandría, Irineo, Dionisio o San Agustín.
Pues bien, Jung entendió que esos arquetipos - comunes a todos los pueblos de la Humanidad - constituían el contexto del inconsciente colectivo. Para él los sueños no eran sino una síntesis del inconsciente colectivo y el inconsciente personal, mientras que los mitos constituían algo así como una dramatización de los arquetipos. Para él, el mundo de los arquetipos en relación con los sueños serían como un "todo" que está más allá de nuestra capacidad de comprensión a nivel de la conciencia de vigilia; y que, en consecuencia, no puede ser tocado, troceado, pesado o medido. En otras palabras, estaría en el Vacío... en la Conciencia Absoluta.
Así pues, dentro "de su teoría del inconsciente colectivo" al igual que para otros pensadores dentro de los "registros akásicos", se hallaría la memoria de la especie, el "pool" de recuerdos genéticos ancestrales. A través del inconsciente individual, se está en contacto con el inconsciente de toda la humanidad... la que vive en estos momentos, la que vivió en pasadas épocas y la que vivirá Dios mediante, hasta quien sabe cuando. Esto explica que la mente individual en determinados momentos subliminales, tenga acceso a un caudal enorme de información codificada. Podríamos comparar la mente individual con un iceberg... la mente consciente correspondería a la punta emergida de tal iceberg, mientras que la mente inconsciente sería la parte sumergida, mucho más grande e importante que la que aflora. Pero se trataría de un iceberg que en su parte sumergida estaría unido a millones de otros icebergs... es decir, con los subconscientes de todos los demás seres humanos. Pero no solo de los vivos, sino de todos cuantos han existido dentro de nuestra especie... dicho de otro modo, con el “inconsciente colectivo” o “el alma colectiva” de la raza humana. Por cierto, que él comparaba nuestra mente individual con la cresta de una ola, correspondiendo la inmensidad del océano a las regiones o dominios del inconsciente colectivo de la humanidad. De tal profundidad emergería un sinfín de contenidos, tales como los arquetipos, simbolismos, atavismos, fantasías, mitos y sueños... que caracterizarían y a la vez diferenciarían a la especie humana de las demás especies vivientes.
A veces, cuando se expone esta teoría, se replica en su contra con diversos argumentos. Por ejemplo, como podemos estar seguros que dentro de una fase de regresión hipnótica, hemos establecido contacto con el "inconsciente colectivo". Y este argumento creo que es un error de interpretación. Con el "inconsciente colectivo" no se conecta, sencillamente estamos en permanente contacto con él. Porque cada uno de nosotros somos el inconsciente colectivo... o mejor dicho, una parte, proyección o manifestación de él; al igual que él está formado por cada uno de nosotros. Cada mente influye en el inconsciente colectivo, y éste en ellas... y ambas cosas son inseparables. De tal forma, muchas sensaciones, recuerdos y experiencias nos vienen de allí... y de igual manera, nosotros estamos emitiéndole constantemente las nuestras. Por ejemplo, un poeta al hacer poesía, está trasmitiendo sensaciones al "inconsciente colectivo" y a la vez, de éste, recibe su fuente de inspiración, que ha sido originada por otros poetas anteriores.
Cuando dormimos nos sumergimos de lleno dentro de ese Universo Colectivo que utiliza su particular lenguaje manifestándose mediante los símbolos oníricos. De ahí que la tradición sobre la interpretación de los sueños nos hable de un lenguaje onírico común para todos nosotros. También, muchos investigadores atribuyen determinadas experiencias, tales como las "Apariciones Marianas" y diversos fenómenos relacionados con los "Ovnis" a ciertos arquetipos generados a través de miles de años de historia, por las creencias de los seres humanos. Determinadas pesadillas infantiles, fobias, recuerdos colectivos, miedos irracionales y actitudes ante la vida, nos vendrían incorporadas desde el "inconsciente colectivo" a través de los recuerdos filogenéticos y ortogenéticos, que caracterizan a la raza humana.
Pero sigamos, porque tal vez la Física también nos pueda aportar algo. Los físicos del siglo pasado veían el Universo como una colección de partes diferentes, cada una de ellas, aislada y separada de las otras en el espacio y en el tiempo. A partir de este supuesto, midieron, definieron y numeraron todos los fragmentos y piezas cuya totalidad formaba el Universo. Pensaban que podían roturarlos y colocarlos en el lugar que les correspondía. pero con el advenimiento de métodos e instrumentos científicos mas avanzados, sólo fue cuestión de tiempo que los físicos se toparan con problemas inherentes en el viejo concepto newtoniano del mundo como máquina o mecanismo hecho de partes separadas y desarmable como un reloj. El problema empezó cuando los científicos se pusieron a investigar la naturaleza de las partículas subatómicas, ultra microscópicas, que constituyen el átomo. Con gran asombro, descubrieron que no podían localizar específicamente el electrón en el tiempo ni en el espacio. Si las partículas que lo constituyen se negaban a dejarse situar en un único lugar, ¿cómo se podía decir que el átomo fuera concreto o mensurable? ¿Y si el átomo no se comportaba como una entidad aparte, ¿cómo se podía definir como separados o aislados entre sí a personas, animales u objetos que están constituidos por átomos?..
El ser humano parte del punto de vista de que "yo" termino en un lugar y "tú" comienzas en otro... en lo que Alan Wats llama la realidad del "yo-aquí-dentro" frente al "tú-ahí-afuera". Si tuviéramos que definirnos, siempre lo haríamos diciendo: "somos esto, pero no aquello", y esto es debido, a que creemos que terminamos en alguna parte y los demás empiezan en otra. Sin embargo, los místicos tanto en Oriente como en Occidente, han hablado siempre de otra dimensión de la realidad, en la que nada existe aisladamente. Los budistas nos recuerdan que "Todo en uno y uno en Todo", una idea de la que se hace eco el Maestro Eckhart, un místico cristiano del siglo XIII que escribió "Todo lo que el hombre tiene aquí externamente en la multiplicidad es intrínsecamente Uno".
Siguiendo con ello, sospechamos que estamos usando nuestra energía para promover algo que no solo nos afecte a nosotros, sino que sirva de alguna manera a otras personas. Su existencia se opone a la individualidad y nos sugiere el acceso a otro tipo de realidades entre la conciencia y lo que permanece fuera de ella. Difumina las fronteras del "yo" estimulándonos la imaginación creadora. Nos volvemos más receptivos y nos sitúa ante la existencia de un "plano" donde circundan imágenes, ideas y sentimientos de dimensión universal y arquetípica. En caso de darse alguna forma de canalización creativa, podemos convertirnos en el medio a través del cual estas imágenes puedan ser trasmitidas a otros. También los místicos y los profetas podrían haber tenido acceso al "inconsciente colectivo" recibiendo mensajes o visiones que luego han comunicado al mundo.
¿Y qué dice la Parapsicología de todo esto? Pues define lo que el sujeto hipnotizado percibe a través de la regresión hipnótica, como Pantomnesia - también se le conoce como Hipermnesia - y que consiste en la facultad de recordar, memorizar y evocar hechos ya ocurridos, a nivel sensorial, subliminal o extrasensorial. No obstante, la pregunta sigue quedando en pie, ¿cómo se pueden conocer aquellos hechos de los que nunca se ha tenido información. Para algunos investigadores la respuesta está clara: la Pantomnesia se percibe a través del inconsciente colectivo. Allí se guardan fragmentos del pasado, vivencias entrañables y queridas, hechos horribles, actos bellos, actitudes heroicas... en definitiva, todo cuanto constituye la trama psíquica de ese "super-ser" que es la Humanidad, unidos todos sus miembros por las raíces del alma colectiva y el "pool" de recuerdos filogenéticos, que todos compartimos.
De esta forma, las vivencias de todos cuantos nos precedieron quedaron y están reflejadas dentro del "inconsciente colectivo" de la humanidad, así como todas nuestras experiencias están archivadas en nuestro inconsciente individual. Por ello insinuábamos al principio, que aunque todo cuanto recuerda el individuo hipnotizado se corresponda con verdaderos hechos reales; tales recuerdos, no tienen forzosamente que pertenecer a una existencia anterior suya. Dicho de otra manera, bajo hipnosis podemos evocar hechos que efectivamente sucedieron años atrás; pero ello, no demostraría necesariamente la existencia de la reencarnación.
Enviado por Gise
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