La Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia fue lanzada durante el Simposio del Centro Mundial de Estudios Humanistas en Parques de Estudio y Reflexión – Punta de Vacas (Argentina) el 15 de noviembre de 2008.
Esta Marcha pretende crear conciencia frente a la peligrosa situación mundial que atravesamos, marcada por la elevada probabilidad de conflicto nuclear, por el armamentismo y por la violenta ocupación militar de territorios.
Es una propuesta de movilización social sin precedentes, impulsada por el Movimiento Humanista a través de uno de sus organismos: Mundo Sin Guerras.
La propuesta inicial se ha desarrollado muy rápidamente. En pocos meses la Marcha Mundial ha suscitado la adhesión de miles de personas, agrupaciones pacifistas y no-violentas, diversas instituciones, personalidades del mundo de la ciencia, de la cultura y de la política sensibles a la urgencia del momento. También ha inspirado una enorme diversidad de iniciativas en más de 100 países, configurando un fenómeno humano en veloz crecimiento (www.theworldmarch.org).
LA SITUACIÓN ACTUAL
Vivimos una situación crítica en todo el mundo caracterizada por la pobreza de vastas regiones, el enfrentamiento entre culturas, la violencia y la discriminación que contaminan la vida cotidiana de amplios sectores de la población. Existen conflictos armados en numerosos puntos, una profunda crisis del sistema financiero internacional, a lo que hoy se suma la creciente amenaza nuclear, que es la máxima urgencia del momento actual. Es un momento de suma complejidad, a los intereses irresponsables de las potencias nucleares y a la locura de grupos violentos con posible acceso a material nuclear de reducidas dimensiones, debemos agregar el riesgo de accidente que pudiera detonar un conflicto devastador. No es una suma de crisis particulares, estamos ante el fracaso global de un sistema cuya metodología de acción es la violencia y cuyo valor central es el dinero.
LAS PROPUESTAS DE LA MARCHA MUNDIAL
Para evitar la catástrofe nuclear futura debemos superar la violencia hoy, exigiendo:
• el desarme nuclear a nivel mundial,
• el retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados,
• la reducción progresiva y proporcional del armamento convencional,
• la firma de tratados de no agresión entre países y
• la renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos.
Lo urgente es crear conciencia por la Paz y el desarme. Pero también es necesario despertar la conciencia de la No Violencia que nos permita rechazar no sólo la violencia física, sino también toda forma de violencia (económica, racial, psicológica, religiosa, sexual, etc.). Esta nueva sensibilidad podrá instalarse y conmover las estructuras sociales, abriendo el camino para la futura Nación Humana Universal.
Reclamamos nuestro derecho a vivir en paz y libertad. No se vive en libertad cuando se vive amenazado.
La Marcha Mundial es un llamado a todas las personas a sumar su esfuerzo y tomar en sus manos la responsabilidad de cambiar nuestro mundo, superando su violencia personal, apoyando en su ámbito más próximo y hasta donde llegue su influencia.
LA MARCHA EN ACCIÓN
La Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia ya está inspirando variadas iniciativas y actividades que habrán de multiplicarse en los próximos meses. Una de ellas, será la marcha simbólica de un equipo multicultural que recorrerá los seis continentes. Comenzará el 2 de octubre (Día internacional de la No Violencia) en Wellington (Nueva Zelanda), y culminará el 2 de enero de 2010 al pie del monte Aconcagua, Punta de Vacas (Argentina).
En todo este tiempo, en cientos de ciudades se realizarán marchas, festivales, foros, conferencias y otros eventos para crear conciencia de la urgencia de la Paz y la No Violencia. Y en todo el mundo las campañas de adhesión a la Marcha multiplicarán esta señal más allá de lo ahora imaginable.
Por primera vez en la historia un evento de esta magnitud se pone en marcha por iniciativa de la gente.
La verdadera fuerza de esta Marcha nace del acto sencillo de quien por conciencia adhiere a una causa digna y la comparte con otros.