viernes, 1 de mayo de 2009

15 días en agosto (video)








Gracias. Sé feliz y contagios@ y no te olvides de soñar tu vida cada día

El lobo y el perro (Fábula de Samaniego)

EL LOBO Y EL PERROFábula de: Felix M. de Samaniego


En busca de alimento
iba un Lobo muy flaco y muy hambriento.
Se encontró con un Perro tan relleno,
tan lucio, sano y bueno,
que le dijo: "Yo extraño
que estés de tan buen año
como se deja ver por tu semblante,
cuando a mí, más pujante,
más osado y sagaz, mi triste suerte
me tiene hecho retrato de la muerte".
El Perro respondió: "Sin duda alguna
lograrás, si tú quieres, mi fortuna.
Deja el bosque y el prado;
retírate a poblado;
servirás de portero
a un rico caballero,
sin otro afán ni más ocupaciones
que defender la casa de ladrones".
"Acepto desde luego tu partido,
que para mucho más estoy curtido.
Así me libraré de la fatiga,
a que el hambre me obliga
de andar por montes sendereando peñas,
trepando riscos y rompiendo breñas,
sufriendo de los tiempos los rigores,
lluvias, nieves, escarchas y calores."
A paso diligente
marchando juntos amigablemente,
varios puntos tratando en confianza,
pertenecientes a llenar la panza.
En esto el Lobo, por algún recelo,
que comenzó a turbarle su consuelo,
mirando al Perro, le dijo: "He reparado
que tienes el pescuezo algo pelado.
Dime: ¿Qué es eso?". "Nada."
"Dímelo, por tu vida, camarada."
"No es más que la señal de la cadena;
pero no me da pena,
pues aunque por inquieto
a ella estoy sujeto,
me sueltan cuando comen mis señores,
recíbenme a sus pies con mil amores:
ya me tiran el pan, ya la tajada,
y todo aquello que les desagrada;
éste lo mal asado,
aquél un hueso poco descarnado;
y aún un glotón, que todo se lo traga,
a lo menos me halaga,
pasándome la mano por el lomo;
yo meneo la cola, callo y como."
"Todo eso es bueno, yo te lo confieso;
pero por fin y postre tú estás preso:
jamás sales de casa,
ni puedes ver lo que en el pueblo pasa."
"Es así." "Pues, amigo,
la amada libertad que yo consigo
no he de trocarla de manera alguna
por tu abundante y próspera fortuna.
Marcha, marcha a vivir encarcelado;
no serás envidiado
de quien pasea el campo libremente,
aunque tú comas tan glotonamente
pan, tajadas, y huesos; porque al cabo,
no hay bocado en sazón para un esclavo."





Gracias. Sé feliz y contagios@ y no te olvides de soñar tu vida cada día

Taller de crecimiento 12.- Pide y se te dará

¿Estás pidiendo lo que necesitas, o simplemente, esperas que se realice por ciencia infusa?
¿Te parece inapropiado o egoísta pedir lo que quieres? ¿O acaso crees que no mereces lo que deseas?

Muchos de nosotros hemos crecido, desde nuestra más tierna infancia, programados con la creencia de que pedir es algo malo, propio de mediocres, algo característico de personas abusivas. Algunos consideran pedir como una humillación, como algo degradante.

Hay muchas teorías acerca de cómo conseguir materializar los deseos en nuestra vida: visualizarlo, esforzarse, mentalizarlo, trabajar duro, ahorrar, tener un sueño, compro­meterse con un ideal, etc., etc., etc.….

Todas esas opciones son válidas, no cabe duda y a muchos les han dado buenos resultados, pero todas estas opciones son posibles segundos pasos.

El primer paso es para conseguir cualquier cosa que desees, es pedirlo.

Una vez lo hayas pedido, entonces si, pasa al siguiente paso y visualiza, sueña, esfuérzate, trabaja duro o haz lo que consideres más idóneo para que tu deseo pueda realizarse.

Si deseas algo, pídelo. Si deseas que alguien haga algo por ti, pídelo. Si deseas obtener algún resultado, primero pídelo y después, actúa.

Pero, primero pídelo. Si deseas conseguir algo de alguien, si esperas que esa persona haga algo que necesitas, pídeselo. Piensa que nadie es adivino. Nadie tiene una bola de cristal que le permita adivinar lo que tú deseas o lo que pasa por tu cabeza. Pídelo.

Pedir es la expresión verbal de nuestros sentimientos. Pedir es una forma de comunicación sana y profunda. Muchas parejas en crisis, que terminan rotas, podrían haberse salvado si hubieran tenido presente este principio:

“No esperes que el otro adivine lo que tiene que hacer para complacerte. Pídeselo, enséñale a hacerlo, enciende un “faro guía” que le ilumine el sendero hacia tus íntimos deseos.

El creer que si alguien nos ama implica que conocerá nuestras necesidades intuitiva y anticipadamente, es una creencia romántica pero muy lejos de la realidad. ¡Trágico error! Una frase que todos hemos escuchado más de una vez: “Yo no le tengo que decir lo que tiene que hacer. Si me quisiera sabría qué hacer para que yo no me sienta mal…” ¿A que la has escuchado más de una vez?

¡Qué gran equivocación! No esperes que nadie intuya tus deseos, no esperes que nadie adivine lo que quieres. No les exijas tanto. ¿Qué clase de prueba les pretendes hacer pasar? ¿Es que acaso tú sabes lo que los demás desean? ¿Cada uno? ¡No! Entonces, ¿por qué le exiges, a tu pareja, por ejemplo, que adivine cómo te sientes en cada momento y qué intuya lo que deseas o te haría feliz? ¿no sería más fácil pedirlo?.

Te conviene pedir, a todos nos conviene pedir, si realmente queremos obtener.

¿Cuántos conflictos y desencantos se han presentado por no hablar claro, por no pedir? No hace falta que contestes, porque no terminaríamos de escribir este post.

Hay muchos argumentos que apoyan las teorías contrarias a pedir, pero todos vienen del orgullo, del egoísmo, del amor propio mal entendido, de una clase de “dignidad” que no es otra cosa que arrogancia encubierta,…

Pedir es bueno para tu vida, tanto material como espiritual, por cuatro razones principales:

  • Pedir denota una gran autoestima.
    Cuando pides es porque crees que lo mereces. Y, además, lo pides porque tienes la convicción de que puedes conseguirlo. El que no pide vive atrapado por el miedo. Miedo al rechazo, miedo a la humillación, miedo al "no". Pedir es privilegio de valientes, de seres humanos que se lan­zan a conquistar el "sí".

  • Pedir es bueno para tu salud.
    Poder pedir implica, como hemos visto en capítulos anteriores, haber alcanzado cierto nivel de comunicación. Estamos compartiendo con alguien nuestros sentimientos y emociones y eso ayuda a mantener nuestra salud mental, nuestro equilibrio emocional y, por consiguiente, nuestra salud física.

  • Pedir es el primer paso "lógico" para que alguien más que tú, sepa lo que quieres.
    Lo que hoy debe quedar claro a la luz de la más pura lógica es que los demás nunca van a conocer, considerar y darnos lo que queremos si no lo saben. Cuando pides, estás creando posibilidades, la posibilidad existe.

  • Pedir le brinda a otro el placer de ayudarte.
    Cuando ayudas a alguien te sientes bien. Entonces, ¿por qué negarles a los demás la posibilidad de que se sientan bien al ayudarnos? No pedir es una actitud egoísta.

    Pedir y no sentir culpa por ello denota una gran auto­estima, manifiesta un gran amor por sí mismo.

    Ahora, piensa en la cantidad de cosas que no has llegado a tener y la cantidad de cosas que te has perdido, por no pedir.




Gracias. Sé feliz y contagios@ y no te olvides de soñar tu vida cada día