lunes, 23 de agosto de 2010

El poema eres tú (Cita de Deepak Chopra)

Escucha la sabiduría de tu cuerpo, que se expresa por señales de comodidad e incomodidad. Cuando elijas cierta conducta, pregunta a tu cuerpo que siente al respecto. Si tu cuerpo envía una señal de inquietud física o emocional, ten cuidado.
Si tu cuerpo envía una señal de comodidad y anhelo, procede.


Vive en el presente, que es el único momento que tienes. Mantén tu atención en lo que existe aquí y ahora; busca la plenitud en todo momento. Acepta lo que viene a ti total y completamente para que puedas apreciarlo y aprender de ello; luego déjalo pasar.
El presente es como debe ser. Refleja infinitas leyes de la Naturaleza que te han traído hasta este pensamiento exacto, esta reacción física precisa.
Este momento es como es porque el Universo es como es. No luches contra el infinito esquema de las cosas; por el contrario, sé uno con él.


Dedica tiempo al silencio, a meditar, a acallar el diálogo interior. En momentos de silencio, cobra conciencia de que estás recontactándote con tu fuente de conciencia pura. Presta atención a tu vida interior para que puedas guiarte por tu intuición, antes que por interpretaciones impuestas desde fuera sobre lo que conviene o no te conviene.
Renuncia a tu necesidad de aprobación externa. Sólo tú eres el juez de tu valer; tu meta es descubrir el infinito valor de ti mismo, sin dar importancia a lo que piensen los demás. Al comprender esto se logra una gran libertad.


Cuando te descubras reaccionando con enojo u oposición ante cualquier persona o circunstancia, recuerda que sólo estás luchando contigo mismo. Presentar resistencia es la reacción de las defensas creadas por viejos sufrimientos. Cuando renuncies a ese enojo te curarás y cooperarás con el flujo del universo.
Recuerda que el mundo de allí fuera refleja tu realidad de aquí dentro. Las personas ante las cuales tu reacción es más fuerte, sea de amor u odio, son proyecciones de tu mundo interior. Lo que más odias es lo que más niegas en ti mismo. Lo que más amas es lo que más deseas dentro de ti. Usa el espejo de las relaciones para guiar tu evolución. El objetivo es un total conocimiento de uno mismo. Cuando lo consigas, lo que más desees estará automáticamente allí; lo que más te disgusta desaparecerá.


Libérate de la carga de los juicios. Al juzgar impones el bien y el mal a situaciones que simplemente son. Todo se puede entender y perdonar, pero cuando juzgas te apartas de la comprensión y anulas el proceso de aprender a amar. Al juzgar a otros reflejas tu falta de autoaceptación. Recuerda que cada persona a la que perdones aumenta tu amor a ti mismo.


No contamines tu cuerpo con toxinas, ya sea por la comida, la bebida o por emociones tóxicas. Tu cuerpo no es sólo un sistema de mantenimiento de la vida. Es el vehículo que te llevará en el viaje de tu evolución. La salud de cada célula contribuye directamente a tu estado de bienestar, porque cada célula es un punto de conciencia dentro del campo de la conciencia que eres tú.


Reemplaza la conducta que motiva el miedo por la conducta que motiva el amor.
El miedo es un producto de la memoria, que mora en el pasado. Al recordar lo que nos hizo sufrir antes, dedicamos nuestras energías a asegurarnos de que el antiguo sufrimiento no se repita. Pero tratar de imponer el pasado al presente jamás acabará con la amenaza del sufrimiento. Eso sólo ocurre cuando encuentras la seguridad de tu propio ser, que es amor. Motivado por la verdad interior, puedes enfrentarte a cualquier amenaza, porque tu fuerza interior es invulnerable al miedo.


Comprende que el mundo físico es sólo el espejo de una inteligencia más profunda. La inteligencia es la organizadora invisible de toda la materia y toda la energía; como una parte de esta inteligencia reside en ti, participas del poder organizador del cosmos. Como estás inseparablemente vinculado con el todo, no puedes permitirte el contaminar el aire y el agua del planeta. Pero en un plano más profundo, no puedes permitirte el vivir con una mente tóxica, porque cada pensamiento crea una impresión en el campo total de la inteligencia. Vivir en equilibrio y pureza es el más elevado bien para ti y para la Tierra.”




(Deepak Chopra)

lunes, 16 de agosto de 2010

Todos estamos hechos de energía

Para ser capaces de sanarnos a nosotros mismos debemos comprender con todo nuestro ser, que el universo está compuesto en su totalidad de energía.

Todo ocurre dentro del campo electromagnético del universo, y todo lo que existe es parte de él. En las últimas décadas la ciencia ha demostrado lo que muchas enseñanzas de antiguas culturas han venido diciendo por miles de años, es decir, que lo que llamamos mundo físico o universo manifiesto no está compuesto de materia sólida sino de energía como elemento de base.

  • El universo entero está compuesto de esta energía.
  • El tiempo y el espacio son las dimensiones a lo largo de las cuales ella se mueve. Todo lo que conocemos está hecho de energía, tanto en forma de materia como de radiación.
  • Una de las características más llamativas de la energía es la capacidad de permanecer constante.
  • Hasta ahora no se ha podido observar o probar que la energía se pueda crear o se pueda destruir.
  • La energía es el principio fundamental que dio origen al universo, ya que tiene todas las cualidades necesarias para este propósito.
Las cosas que vemos, olemos, saboreamos, y tocamos parecen ser sólidas, líquidas o gaseosas, y también parecen ser entidades separadas. La física cuántica nos permite observar estas cosas minuciosamente y en mucho más detalle, en sus niveles atómicos y subatómicos. En esos niveles, lo que parece ser materia sólida, líquida o gaseosa se convierte en un grupo de partículas cada vez más pequeñas que contienen partículas aún más pequeñas, y así sucesivamente: con lo que llegamos a un lugar donde todo es simplemente energía pura. 

La física cuántica ha descubierto que aún el elemento más denso y sólido, cuando es analizado a un nivel infinitesimal, no es lo que parece ser. Los científicos que suscriben a este nuevo paradigma afirman que cualquier elemento visible o tangible, cuando es reducido al nivel de sus partículas, es al menos un 99.99 por ciento espacio vacío! 

La noción de que un elemento u objeto tiene una posición, masa o velocidad, es entonces el resultado de una percepción falsa. En otras palabras, cualquier objeto creado, es una madeja de energía compuesta en gran parte de espacio vacío y de partículas cuyo estado no puede ser determinado, ya que están constantemente entrando y saliendo del estado de existencia. En un momento existen y al instante dejan de existir. La gran pregunta que se hacen los científicos es:
Adonde van las partículas cuando dejan de existir y de donde vienen cuando aparecen ante nuestros ojos?

Ahora, como nosotros formamos parte de este universo, por lo tanto estamos también hechos de energía fluctuante y cambiante. Todo dentro de nosotros--y alrededor de nosotros--tiene la misma cualidad de energía fluctuante. Somos parte de un inmenso mar de energía que está constantemente cambiando y pulsando entre la existencia y la no-existencia.

Si todo es energía, y esta energía tiene una densidad diferente de acuerdo con la frecuencia con la que vibra, nuestros pensamientos, que son una clase relativamente ligera y sutil de energía, son una forma de energía veloz y fácilmente cambiante. Una piedra, por otro lado, está compuesta de energía relativamente mucho más densa y, por lo tanto, es menos probable que cambie con facilidad. 

Ejercicio - Todos nosotros somos energia
Detente un momento a percibir tu cuerpo y las cosas que lo rodean y date cuenta de que tu cuerpo está vivo.

No necesitas mover las piernas o brazos para reconocer que estás vivo. Simplemente siente su presencia. Gradualmente, haz lo mismo con otras partes de tu cuerpo.

Las células de tu cuerpo han estado vivas todo el tiempo, mientras estabas leyendo y pensando. Tómate tu tiempo para darte cuenta de que hay una increíble inteligencia que opera en tu cuerpo y así, en los cuerpos de todos los seres de la creación.

Respira profundamente mientras te das más y más cuenta de esta omnipresencia energética que todo lo impregna. Todo es energía, manifestada en diversas formas y en diferentes estados y frecuencias.

Cierra los ojos e imagina que estás sumergido en un vasto océano de energía. 

Permítete ser parte de él...

Respira, estás vivo/a...



Luis Díaz