por la Dra. Bethania Guilamo R.
Aunque nadie puede elegir la familia donde nace, tenemos la oportunidad de aprender a vivir con ella, y a la vez elegir la familia con la que deseamos vivir y relacionarnos adecuadamente. Vivir en un ambiente de dolor, humillación, abandono emocional y físico, manipulación, culpabilidad, es algo muy desgastante para cualquier ser humano, y esta es la tragedia con la que tienen que lidiar muchas personas en el transcurso de sus vidas.
Se conocen como Relaciones Tóxicas, y constituyen una manera disfuncional de interactuar con otra persona, sea padre, madre, hermano/a, hijo/a, pareja o amigo/as.
En esencia, una relación toxica es aquella que drena la energía y la autoestima de una persona, impidiendo su crecimiento y su independencia emocional.
La persona es degradada y desvalorizada, aprendiendo que todo cuanto sucede es su culpa y su responsabilidad. La frase ‘Palo si boga y palo si no boga’ es lo que define exactamente esta interacción. Nada de lo que se haga o deje de hacerse, para complacer a la otra persona, será suficiente.
Para que exista una relación tóxica, tiene que existir, una persona tóxica.
‘Una persona tóxica es alguien que logra arrastrarte, hacerte sentir enojado/a, desgastado/a, disminuído/a, desacreditado/a o confuso/a’, según sostiene la Dra. Lillian Glass, en su libro Toxic People. Ya sea por enfermedad mental, baja autoestima, y terror a perder el control de su vida, la toxicidad emocional de una persona tóxica es extremadamente nociva.
Quien se encuentra en este tipo de relación, está en una espiral emocional de degradación contínua, e inseguridad, oscilando emocionalmente con alguien, que puede ser muy amable y dulce, cuando quiere obtener algo, y ser odioso/a o grosero/a, cuando no se cumplen sus deseos. Sufre un acoso de culpas y de insultos, sea en público o privado, sea en forma de chismes o rumores. Recibe críticas y constante búsqueda de defectos y poco o ningún reconocimiento de sus logros, ni respeto a como piensa y siente. La persona tóxica constantemente le monitoriza todo lo que hace , con desconfianza, enojos, celos, y traición y le hace sentir que es poco atractivo/a y estúpido/a. Le impone decisiones y gustos, y le convence de ser lo que no es .
Cuando la relación tóxica se dá en la familia de origen, con el padre o la madre, o un hermano/a que desempeña el role parental , es muy dificil de sobrellevar, porque son seres poderosos, que determinan las reglas y educan. La persona afectada asume que esta manera de relacionarse, aún con todo el dolor que infligen, es parte de la normalidad, con la esperanza de poder cambiarlos, y de recibir todo lo que tiene idealizado, algo que nunca ocurre.
En ocaciones el modelo de relación tóxica sucede con la pareja o con los amigos/a. Se considera que la razón de elegir parejas y/o amigos/as tóxicos, se arrastra desde la niñez. Generalmente son personas que aprendieron a cuidar y ser responsables de otros, o vivieron en un ambiente inseguro y disfuncional, como alcoholismo, abuso de drogas, traumas o enfermedades mentales y se acostumbraronn a vivir ayudando, complaciendo y resolviendo las necesidades de los demás. Establecen un vínculo con una persona tóxica que les convence de que todo lo que ocurre es su responsabilidad y que es imposible vivir tranquilo y feliz por un tiempo contínuo.
Es dificil salir de una relación tóxica, porque la persona afectada tiene la esperanza idealizada de un cambio, o porque muchas veces, no reconoce el problema. Es importante entender que esto no es amor, es una relación de control, abuso, confusión, degradación. El amor nutre, no drena. El amor es respeto, reconocimiento, crecimiento, y total aceptación de una persona como ser humano.
“La manera de dejar de estar en una relación tóxica es parar el juego, el cual se alimenta de hacer sentir bien a la persona tóxica, aun cuando se deja de ser quien se es, y de albergar la fantasía, de que esta persona dará algun día todo el amor y el respeto que se ansía”, sostiene la Dra.Susan Forward en su libro, Toxic Parents.
Nadie puede elegir la familia donde nace, pero sí puede elegir la familia donde se quiere vivir feliz, aprendiendo a reconocer, estos patrones de relacionamientos patológicos. Hay que establecer distancia con la persona tóxica, y aprender a no reaccionar a su nocividad. Generalmente la persona puede salir, con el soporte de terapias, y de gente querida que le hagan reconocer que no merece vivir en este tipo de relación y que existen opciones para salir de ella. Los toxicidad no solo existe en substancias químicas, tambien puede existir en relaciones humanas, que pueden ser tan devastadoras, que destruyan la esencia de cualquier ser humano, su autoestima y la posibilidad de ser por sí mismo/a.
Dra. Bethania Guilamo R.
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