lunes, 19 de octubre de 2009

Video Musical "Aquarius"

La Era de Acuario está a la vuelta de la esquina...




Os quiero. Sed felices y estad receptivos, que lo mejor todavía está por llegar.

domingo, 18 de octubre de 2009

Hábitos. Transformando la red neuronal

Gran parte de lo que hacemos y como lo hacemos está predispuesto por nuestros hábitos que nos llevan casi en automático por la vida.

Estos hábitos han sido establecidos, en gran parte, por las formas de pensamiento y acción que nos han “enseñado” desde niños,… es la forma como el sistema social… nos educa y condiciona,… poniéndonos en piloto automático, y en muchos casos sin llegar a darnos cuenta de ello.

Estos hábitos, buenos y malos son los que van organizando nuestra red neuronal de alguna forma particular,… que nos predispone a atraer cierto tipo de experiencias recurrentes en nuestra vida, positivas y negativas.

Las acciones más fáciles de realizar son las que se han convertido en hábitos y transformamos nuestro cuerpo según sean esos hábitos de pensamiento, … que forman nuestros hábitos o costumbres alimenticias y estilo de vida.

“La forma más fácil de alcanzar tus deseos es hacer un hábito las acciones que debe ejecutar para hacer que tus deseos se realicen”

La configuración de tu red neuronal puede ser transformada a voluntad, mediante la modificación de los hábitos de pensamiento, emoción y acción. .... iniciando así un proceso de activación de la consciencia, o despertar.. que te abre un camino hacia el desarrollo de tus facultades más elevadas como ser humano-espiritual-consciente.

Cómo cambiar fácilmente un hábito no deseado

Para cambiar un hábito que elegimos dejar, debemos elegir un pensamiento opuesto dándole espacio en nuestra mente, cultivándolo y nutriéndolo ....

Poco a poco este pensamiento nos empieza a gustar y nos acostumbramos a él.. y nuestro deseo, querer y actuar se alinean con él.

Cuando tal pensamiento, debido a una cuidadosa atención, se siente cómodo en nuestro interior, va formando una red con otros pensamientos y deseos similares llegando a ser una predisposición que se convierte en hábito.

Al principio resulta difícil fijar el nuevo pensamiento, pero después del séptimo intento la tendencia es casi natural y a la centésima vez el pensamiento se ha convertido en un hábito nuevo y fuerte que ha sustituido al hábito viejo, el cual se debilita mediante la desatención y finalmente es removido de la mente… sin ofrecer resistencia.

“No nos liberamos de los viejos hábitos luchando contra sus síntomas sino tomándolos por su raíz.. que es la errónea forma de pensar..”

Ejemplo:

Quieres reducir de peso, pero tienes el hábito de comer pasteles, grasas y harinas que han abultado tus tejidos,… cuál es la raíz de ello… tus pensamientos,.. ¿Cómo surge el deseo… por el pastel?;..

Empiezas a pensar en lo delicioso que estará, lo visualizas y recuerdas tus experiencias anteriores comiéndolo… ¡DETENTE AHÍ¡…. Cambia tu pensamiento,.. por ejemplo piensa en una fruta que te guste...

Visualízala.., color, aroma, sabor,… recuerda experiencias pasadas comiéndola.. si vuelve a tu mente el pensamiento del pastel,.. centra tu atención en la fruta… toma el control de tus pensamientos… desconéctate del automático.

La represión de los hábitos no deseados y la lucha contra ellos es inútil, las prohibiciones no ayudan como tampoco la aplicación de la fuerza, logramos más si empleamos la siguiente fórmula... ser victorioso por no resistir, el camino más sencillo consiste en reemplazar lo no deseado por algo deseado.

“Es más fácil que el hombre se acostumbre a algo a que se desacostumbre de algo.”

No es necesario prestar atención o luchar contra las debilidades, errores, los viejos hábitos, las adicciones o las enfermedades, sino elegir el correspondiente y opuesto estado de ser como por ejemplo paz, salud, amor, y abundancia.

Cuando uno elige intencionalmente ser algo pone en marcha el más poderoso engranaje creativo del universo que consiste en obrar conscientemente desde el estado de ser.

Y cuando el pensamiento o el concepto original se transforman finalmente en palabras y estas a su vez en acciones, las tres fuerzas creativas pensamiento-palabra-acción están en consonancia representando o reflejando el estado de ser elegido …

Es ahí donde la unidad interna crea el encadenamiento armónico de todas las fuerzas.. que hacen posible la manifestación. Todo comienza con el estado de ser y transmite su vibración básica hacia el pensamiento la palabra y la acción.

AUDIO COMO CAMBIAR FÁCILMENTE LOS MALOS HÁBITOS de Johanes Markus Malderbraum

Compartido por Brenda

Entrenamiento emocional

¿Qué es el Entrenamiento Emocional?

El Entrenamiento Emocional es un proceso por el cual se libera el máximo potencial de una persona para conseguir un desempeño excelente en un determinado ámbito de su vida.

¿Por qué el Entrenamiento Emocional es tan eficaz?

El Entrenamiento Emocional basa su eficacia en una metodología que se centra en construir tres pilares:

1.- Toma de conciencia. Pone a la persona en el lugar donde quiere estar.
2.- Asunción de la responsabilidad. Determina y clarifica la responsabilidad en el proceso y le da el valor y confianza suficientes para saber que se puede asumir.
3.- Desarrollo de la confianza en uno mismo. Proporciona la voluntad, seguridad y perseverancia necesarias para conseguir el objetivo.

¿Para qué sirve el Entrenamiento Emocional?

El Entrenamiento Emocional ayuda a las personas principalmente a:

1.- Clarificar lo que realmente desean. En ocasiones las personas no están satisfechas en algún aspecto de su vida o no obtienen los resultados deseados, sin embargo se sienten incapaces de expresar cual sería la situación o el resultado deseado.
2.- Identificar los pasos a seguir para lograr lo que desean. Cuando la persona sabe exactamente lo que quiere pero no sabe como lograrlo, el entrenador ayuda a explorar, evaluar, valorar y ordenar nuevas opciones para elegir las mejores y construir un plan de acción.

¿Cómo se hace?

El Entrenamiento Emocional puede hacerse a través de múltiples medios, cada uno de ellos con sus particularidades pero todos eficaces, los principales son:

1.- Entrenamiento Emocional presencial.
2.- Entrenamiento Emocional on-line. Tan rápido y eficaz como el presencial ya que un proceso de Entrenamiento Emocional se basa en la conversación. Como ventaja a las sesiones presenciales el Entrenamiento Emocional telefónico o a través de videoconferencia, permite a la persona hacer una exploración más profunda al estar libre de interferencias visuales con el interlocutor.
3.- Entrenamiento Emocional grabado. Grabaciones en audio y video con sesiones personalizadas para que puedas escucharlas donde, cuando y cuantas veces quieras.




miércoles, 14 de octubre de 2009

Sonidos que curan

Por Manuel Núñez y Claudina Navarro

Las frecuencias vibratorias actúan sobre la mente y el cuerpo, por eso la música ha sido utilizada desde siempre como terapia para curar o prevenir enfermedades.

La soprano entona una nota agudísima y la copa de cristal se rompe. La balada del conjunto pop lleva hasta las lágrimas al
público. La nana duerme al bebé. El sonido y la música tienen un poder que se manifiesta de manera cotidiana y, sin embargo, continúa siendo, en buena medida, un gran misterio. ¿Pueden las notas musicales servir realmente para curar o para prevenir las enfermedades? ¿Es posible aprovecharse conscientemente de los sonidos para potenciar nuestra salud física y mental? ¿Qué tipo de sonidos son ésos? ¿Pueden utilizarse en el desarrollo espiritual?

Para comprender el efecto sobre la salud del sonido y de la música, primero hay que conocer sus características. La música está compuesta por silencios y sonidos, y éstos, por tonos (o notas musicales) y armónicos. Cuando se golpea un gong, por ejemplo, se produce un tono fundamental, con una determinada frecuencia vibratoria, que resuena por la superficie del instrumento y produce sus armónicos. La combinación de tono y armónicos da lugar al timbre, que es peculiar de cada instrumento y de cada voz. Por último, la sucesión de notas a una velocidad determinada produce armonía y ritmo musicales. Por lo tanto, el efecto de los sonidos y de la música sobre la salud debe tener relación con estos conceptos, a menos que existan otros que la ciencia física actual desconozca. Por otra parte, el sonido se propaga mediante ondas por el aire, el líquido e incluso los medios sólidos hasta impactar en el oído. Éste las captura y las reproduce en el tímpano vibrante para que lleguen hasta el auténtico receptor auditivo, el órgano de Corti, cubierto de 20.000 células pilosas, donde se convierten en impulsos nerviosos que, a través del nervio
auditivo, llegan en unos milisegundos al cerebro, que las descodifica y traduce en sensaciones auditivas. Posiblemente, sea el sonido lo que nos hace nacer como seres humanos, bien en la etapa fetal, cuando nos sentimos acompañados por el tam tam del corazón de la madre o, luego, cuando lloramos por primera vez y nos sentimos dueños de una voz con la que podremos comunicarnos. La etimología de la palabra “persona” informa de este dato esencial: a través del latín (personare) alude a la máscara que en el teatro griego hacía resonar la voz de los actores.

De oriente a occidente
La música nos acompaña desde siempre. Los neandertales tocaban la flauta que fabricaban con fémures de osos. En una cueva de la región alemana del Schwäbische Alb, se halló en 1973 una flauta hecha con hueso de cisne. El instrumento contaba con tres orificios y tenía una antigüedad aproximada de 35.000 años, aunque el primer tambor debió de fabricarse mucho antes. Si el sonido y la música forman parte de la naturaleza humana, es lógico pensar que se pueden utilizar también como terapia. Los intentos en este sentido son, seguramente, tan antiguos como la humanidad. La historia de la musicoterapia en Occidente se remonta al menos hasta Pitágoras
(siglo VI a.C.). Este filósofo descubrió que los tonos y sus armónicos obedecían a una proporción matemática, y como los números reflejaban para Pitágoras el orden perfecto del Universo, la música se convirtió en una poderosa medicina que aportaba armonía al organismo. Al parecer, los pitagóricos, músicos y matemáticos a la vez, realizaban composiciones para tratar los trastornos del alma y del cuerpo.

En opinión de varios autores, Pitágoras pudo tomar algunas ideas de los egipcios, que utilizaron la música como agente capaz de curar el cuerpo, calmar la mente y purificar el alma. El papiro de Kahun, datado en 1800 a.C., aunque reproduce conocimientos más antiguos, es el primer documento escrito acerca de la influencia de la música sobre el cuerpo humano. Efectos positivos en todos los lugares y tiempos, los sanadores y los sacerdotes han utilizado el sonido para provocar efectos positivos en los oyentes. Los chamanes de Mongolia, las mujeres xhosa de Suráfrica o los lamas del Tíbet han desarrollado técnicas de canto para que el sonido resuene en las cavidades craneales y del resto del cuerpo, de manera que los armónicos se amplifiquen. El resultado es un sonido complejo y poderoso. Resulta imposible no estremecerse ante el canto de la voz grave de los monjes tibetanos, cuyo objetivo es que cada frecuencia vibratoria actúe sobre un aspecto del ser humano. Los tonos fundamentales bajos lo hacen sobre el cuerpo físico, y los armónicos, sobre la mente.
Por otro lado, ciertos instrumentos, como el didjeridú australiano, el monocordio, los cuencos tibetanos, el gong o la tampura india, se tocan con los mismos fines. Las grandes tradiciones avalan la utilización del sonido como agente sanador. En la literatura védica, el sonido es el aspecto más importante de la curación, más que cualquier otra cosa. Así, Om es un mantra –instrumento de la mente– y hace referencia al sonido primordial que dio lugar al universo. Se pronuncia en todos los rituales y se espera de él un efecto benefactor. En el lenguaje científico occidental, cada cosa, incluidos los órganos del cuerpo, poseen una frecuencia de vibración, es decir, un sonido propio. Teóricamente, el sonido podría usarse de forma terapéutica cuando el órgano pierde su tono peculiar debido a un trastorno. El medio de acción es bien conocido, la resonancia o contagio de la vibración actúa como dos diapasones: cuando se golpea uno, haciéndolo vibrar y sonar, el otro, sin ser tocado, también suena.

Cuencos tibetanos
Una de las terapias tradicionales de sonido más conocidas es la de los cuencos tibetanos. Al hacerlos sonar mediante un mortero, emiten sonidos de frecuencia baja que modifican la actividad eléctrica del cerebro. Varios estudios realizados en la Escuela Superior Técnica de Posen (Alemania) muestran que, bajo su efecto, el cerebro adquiere un patrón de funcionamiento similar al del sueño, obteniéndose como resultado una relajación profunda. Según el terapeuta Peter Hess, “la calma mental permite al subconsciente admitir nueva información y ordenarla; de esta manera se superan bloqueos y miedos y se movilizan las fuerzas autocurativas”. Las indicaciones más frecuentes de la terapia con cuencos son el estrés, los dolores de cabeza y espalda, las alteraciones del sueño y los trastornos de los órganos digestivos. Los tonos que salen de un cuenco dependen de su forma, tamaño y material. Los más pesados y grandes alcanzan 1,5 kg y diámetros de 25 cm. Los de más calidad están compuestos de mezclas de hasta 12 metales, a los que se atribuyen tradicionalmente propiedades salutíferas. Al golpear o rozar los cuencos con una especie de mazos de mortero forrados con distintos materiales, como cuero, goma o tela, se obtienen timbres diferentes. Los sonidos pueden durar varios minutos y resultan envolventes; parecen ir de un oído a otro o venir desde diferentes direcciones. En la terapia, se utilizan varios cuencos que se colocan rodeando al paciente y se hacen sonar uno a uno y, después, todos j
untos. Incluso es posible colocar los cuencos directamente sobre la persona para realizar un masaje de sonido.

El poder de la musicoterapia
Después de años de investigación personal y con sus pacientes, el músico y terapeuta Pius Vögel asegura que ha conseguido determinar el efecto de cada una de las notas sobre el estado de ánimo y la salud. Así, por ejemplo, el tono de frecuencia 136,10 Hz tiene acción tranquilizante y equilibrante. En cambio, el tono de 194,18 Hz resulta dinamizante y fortalecedor. Además, Vögel ha asignado a cada órgano un sonido concreto. Pero lo más curioso es que Vögel encuentra el sonido que le hace falta a su paciente analizando informáticamente su voz y buscando las deficiencias. El experto en análisis de voz Heinz-Udo Vitz asegura que en la sociedad actual el exceso de estímulos es la causa más frecuente de alteraciones en la voz y de alergias, nerviosismo e hipersensibilidad. Ahora bien, las teorías de Vögel y Vitz están en los márgenes de la ciencia. Por el momento, la corriente principal solamente reconoce los efectos sobre el sistema nervioso. Para la musicoterapia oficial, existen dos tipos principales de música en relación con sus efectos; por un lado, la música sedante, –de naturaleza melódica y caracterizada por tener ritmo regular, dinámica predecible y consonancia armónica–, y por otro, la música estimulante, que induce a la acción y dispara las emociones. Los musicoterapeutas han estudiado los efectos de cada uno de
los elementos que componen la música y el sonido. El tempo lento, entre 60 y 80 bpm (beats per minute o pulsos por minuto) suscita impresiones de dignidad, calma, serenidad, ternura y tristeza. Los tempos rápidos– de 100 a 150 bpm– provocan alegría, excitación y fuerza. Los acordes consonantes –compuestos por notas que combinan bien– están asociados al equilibrio, al reposo y a la alegría. Los acordes disonantes –combinación de notas que chirría– se asocian a la inquietud, al deseo, a la preocupación y a la agitación. La tonalidad de modo mayor resulta alegre, viva, graciosa y extrovertida. La de modo menor evoca melancolía e introversión. Las notas agudas provocan actitud de alerta, aumentan los reflejos y eliminan el cansancio, aunque si se mantienen demasiado tiempo causan descontrol nervioso. Las notas graves producen tranquilidad o pesimismo y una intensidad (volumen) demasiado alta puede resultar torturante. Para el investigador Eckart Altenmüller, del Instituto de Fisiología Musical y Medicina Musical de la Escuela Superior de Música y Teatro de Hannover (Alemania), la música resulta muy eficaz en la socialización de los individuos. Los primeros seres humanos crearon cantos con un ritmo constante que cohesionaban el grupo, les
daban seguridad e impresionaban a posibles enemigos. De hecho, los miembros de las selecciones deportivas nacionales, cuando entonan sus himnos en las competiciones, mantienen vivo aquel espíritu.

Al compás del grupo
Da igual si se trata de un coro religioso, una banda de jazz o una orquesta sinfónica. Incluso estando solos en casa y escuchando música con auriculares, se experimenta el sentimiento de formar parte de un grupo. El investigador japonés Hajime Fukui descubrió que los hombres que hacen música juntos producen menos testosterona y menos cortisol, hormonas relacionadas con el estrés. En cambio, producen más oxitocina, la hormona que favorece la unión social y sexual. Fukui concluyó que la música reduce el miedo y aumenta la solidaridad entre personas. Altenmüller define también la música como “el idioma de los sentimientos”. Seguramente, se utilizó en las relaciones íntimas entre madres e hijos y, después, sirvió para reforzar los vínculos entre los miembros de grupos cada vez más numerosos. Otro experto, Reinhard Kopiez, dice que en la memoria guardamos asociaciones entre músicas y emociones que pueden ser revividas en cualquier momento.

Después de observar los electrocardiogramas y los cambios en la tensión arterial o en la
humedad de la piel de voluntarios de 11 a 72 años mientras escuchaban distintos tipos de música, Kopiez ha determinado que las reacciones corporales aparecen con más frecuencia con las músicas que cada persona ya conoce. Pero hay temas que erizan el vello, hacen llorar o reír a casi todas las personas. El secreto está en el empleo de determinados trucos: la presencia de un coro potente, un inesperado solo de guitarra o violín, la aparición de una voz solitaria y melancólica en medio de una canción pop… Los aparatos medidores de Kopiez registraban reacciones importantes cuando se producían saltos de tonos bajos a otros muy altos o cuando la melodía, de pronto, se volvía silenciosa o muy ruidosa. La música actúa también sobre la química cerebral. Los neurólogos Anne Blood y Robert Zatorre, de la Universidad McGill en Montreal (Canadá), descubrieron que en los momentos de máximo placer musical se activan áreas del cerebro que también se encienden durante las relaciones sexuales, el consumo de drogas o la ingesta de chocolate. De ahí que no resulte sorprendente que la música se utilice en ocasiones como mera droga recreacional. Pero de la misma manera que una sustancia química puede ser veneno o medicina, las ondas sonoras son un medio terapéutico lleno de posibilidades. Hans-Helmut Decker-Voigt, director del Instituto para Musicoterapia de la Escuela Superior de Música y Teatro de Hamburgo, asegura que se consiguen resultados excelentes, por ejemplo, en el tratamiento de los niños que nacen prematuramente y también en
las enfermedades relacionadas con procesos de envejecimiento. En el Hospital Universitario de Canarias, los voluntarios de la organización Prematuros Sin Fronteras cantan nanas a los pequeños, al tiempo que les hacen oír una grabación con ruidos ambientales, las voces de sus padres y el latido de un corazón para reproducir con la máxima fidelidad los estímulos que hubieran recibido en el seno materno. Desde que la iniciativa se ha puesto en práctica, los bebés duermen más, lloran menos y su frecuencia cardiaca es menor.

Remedio inmunitario, Decker-Voigt subraya que la música mejora la eficacia del sistema inmunitario, por lo que es recomendable en caso de enfermedad y como herramienta preventiva. Pero afirma que, sobre todo, puede convertirse en un excelente autotratamiento de los desequilibrios del estado de ánimo. Los adolescentes se lo aplican todo el tiempo, pues escuchan música pop o tecno, cuyo ritmo es perfecto para obtener sensación de seguridad.
Mientras que los cuencos y los mantras se utilizan terapéuticamente desde hace siglos, el diseño de tecnología médica sónica en Occidente se encuentra en pañales. Se han desarrollado diferentes métodos diagnósticos, como la ecografía, y unos pocos tratamientos basados en los efectos térmicos, eléctricos y mecánicos de las altas frecuencias sonoras, siendo la aplicación más común, la destrucción de cálculos renales. Sin embargo, no se ha inventado nada todavía que utilice el sonido como ayuda positiva. Desgraciadamente, la tecnología militar lleva la delantera, pues en algunos laboratorios de Estados Unidos existen prototipos de armas capaces de generar sonidos de baja frecuencia (7 Hz) inaudibles que trastornan los órganos digestivos y que no pueden ser detenidos ni por muros de cemento. Pero esta pesadilla hace pensar que quizá un día se cumpla el sueño de curar muchas enfermedades con la energía pura del sonido.

miércoles, 7 de octubre de 2009

La Matriz de la Vida

Confirman que el poder de la imaginación es real

La mera visualización de una postura condiciona las respuestas del cuerpo tanto como la postura física realmente adoptada.

Científicos de la Universidad de Washington han constatado empíricamente, por vez primera, el efecto de la imaginación sobre la realidad. A dieciséis personas se les pidió que buscaran en la pantalla de un ordenador una letra y que señalaran cuándo la habían encontrado imaginando al mismo tiempo una de estas dos posturas: sus manos cercanas a la pantalla o sus manos situadas a la espalda. Los resultados del experimento demostraron que la mera visualización de una postura condiciona las respuestas del cuerpo tanto como la postura física realmente adoptada. Los científicos señalan que esto demuestra que la imaginación tiene la extraordinaria capacidad de dar forma a la realidad.

Los psicólogos Christopher Davoli y Richard Abrams, de la Universidad de Washington en Saint Louis, Estados Unidos, han demostrado empíricamente, por vez primera, que el poder de la imaginación es un poder real.

Según informa la Association for Psychological Science de EE.UU. en un comunicado, de esta investigación se desprende que la imaginación es más eficiente de lo que creemos a la hora de ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos.

En un artículo publicado al respecto en la revista Psychological Science, se explica que en un estudio realizado por el propio Davoli en 2007, se había constatado ya que los objetos situados cerca de las manos los analizamos visualmente con mayor intensidad.

En dicho estudio, los participantes debieron colocar sus manos cerca de determinados objetos físicos para comprobar el análisis visual y la eficacia de las respuestas del cuerpo hacia dichos objetos. Se comprobó que la rapidez de la respuesta del cuerpo a los objetos dependía de la cercanía o lejanía de las manos de los objetos analizados: si las manos están cerca del objeto analizado, la reacción corporal tarda más que si las manos están alejadas del citado objeto. Se cree que esto se debe a la importancia de la representación visual para poder asir o evitar los objetos cercanos a nuestras manos.

En la nueva investigación de Davoli, sin embargo, las posturas de las manos –más lejos o más cerca de los objetos- no se adoptaron físicamente, sino sólo con la imaginación. Sin embargo, a pesar de esta significativa diferencia respecto del primer experimento, los resultados no variaron, lo que según estos investigadores significa que imaginar una postura da los mismos resultados que adoptarla realmente.

Tarea visual e imaginación

En las pruebas de esta última investigación participaron dieciséis estudiantes que, en primer lugar, se ejercitaron en la práctica de imaginar movimientos. Posteriormente, todos ejecutaron una tarea visual a través de un ordenador, al tiempo que imaginaban sus manos en dos posiciones diferentes.

En un momento del experimento, las manos se las imaginaban situadas alrededor del monitor, como si los participantes fueran a abrazar la pantalla con ambas manos (postura cercana), y en otro momento del experimento, se imaginaban que sus manos estaban colocadas a su espalda (postura alejada).

La tarea visual consistía en buscar, en la pantalla del ordenador, una letra-objetivo (H o S) que se encontraba confundida en conjuntos de tres o siete letras de distracción. A continuación debían avisar, con la mayor rapidez posible, que la habían encontrado pulsando una tecla.

Antes de realizar este ejercicio, en la pantalla del ordenador aparecía un aviso de tres segundos de duración que indicaba a los participantes cuál de las dos posturas de las manos debían imaginarse durante la tarea visual explicada.

Sin embargo, aunque se imaginaran las manos intentando abrazar la pantalla del ordenador o situadas a sus espaldas, las manos permanecían –en realidad- junto al teclado durante todo el experimento. En total fueron realizados dos bloques de 64 pruebas.

Dar forma a la realidad

Los resultados demostraron que la mera imaginación de una de las dos posturas afectaba a la velocidad de respuesta de una forma muy similar a la obtenida en los estudios previos, con posturas de las manos realmente efectuadas, no imaginadas.

Así, los participantes de esta segunda investigación pasaban más tiempo buscando la letra-objetivo cuando se imaginaban sujetando el monitor, en comparación con cuando se imaginaban a sí mismos con las manos a la espalda.

Los investigadores sugieren que la mayor lentitud en las búsquedas de la letra objetivo indica un análisis más minucioso de los objetos que están cercanos a las manos, aunque esta postura sea sólo imaginaria. De esta forma, se repitieron los resultados de la citada investigación anterior, en la que los participantes invirtieron más tiempo en observar objetos cercanos a sus manos que en observar objetos realmente alejados de éstas.

Los científicos señalan que este hallazgo indica que nuestro espacio “peripersonal” puede extenderse al espacio de la imaginación. El espacio peripersonal es el que está situado alrededor de nuestro cuerpo, y es descrito por los autores de esta investigación como “una “burbuja” invisible que se extiende varios centímetros a partir de la piel en todas las direcciones”.

Esta capacidad, señalan los investigadores, presenta algunas ventajas, como la posibilidad de determinar, antes de realizarla, si una acción es o no realista (por ejemplo, ¿puedo llegar a la estantería más alta?) o para ayudarnos a evitar algunos choques.

Los autores del estudio concluyen que los resultados confirman una idea que ha sido expuesta durante mucho tiempo por expertos en motivación, psicólogos deportivos, e incluso por John Lennon: que la imaginación tiene la extraordinaria capacidad de dar forma a la realidad.

Algo que conocen muy bien, por ejemplo, los deportistas, que utilizan la visualización mental para ayudarse a mecanizar, a automatizar los gestos deportivos y a reforzar sus aptitudes, mejorando sus propias destrezas deportivas.

Yaiza Martínez
http://www.tendencias21.net

Espero que te haya sido de utilidad-
Se feliz y contagios@.


lunes, 5 de octubre de 2009

Campanas por la gripe A

Este post, posiblemente no sea idóneo para este blog, ya que no trata de crecimiento personal... o si... trata de algo sobre lo que venimos comentando desde el principio, sobre el miedo, sobre qué puede ocurrir cuando no eres tú quien controla tu cerebro y te dejas llevar por lo que te cuentan.

Por favor, oigas lo que oigas y leas lo que leas, ante todo, no te dejes asustar. El miedo te hace débil y muy manejable.

Te dejo un vídeo de una científica, que coincide que es monja benedictina, donde deja de relieve la verdad del trasfondo de la tan cacareada gripe A, convertida en pandemia, cuando todo el mundo sabe que la gripe común que padecemos cada año, se cobra más víctimas...


CAMPANAS POR LA GRIPE A from ALISH on Vimeo.

jueves, 1 de octubre de 2009

Generando nuevas creencias

Este es un procedimiento que te servirá para instalar nuevas creencias, creencias capacitadoras que te ayuden a ser más flexible, a tener más recursos y a responder de una manera más elegante en determinado contexto.

1. Piensa en algo que consideres una posibilidad, algo simple que creas puedes hacer pero que de hecho no lo has realizado, mas sin embargo existe la posibilidad de que lo realices si te das la oportunidad. Puede ser tal vez aprender a usar un nuevo software, un nuevo idioma o practicar un nuevo deporte. Tal vez puedas usar la posibilidad de mantenerte despierto hasta muy tarde por la noche o de probar un tipo diferente de guardarropa.

2. Ahora, visualiza esta posibilidad en una imagen en tu mente y asóciala con un sentimiento. Modifica la imagen y el sentimiento de manera que se amplifiquen: la imagen más grande y el sentimiento mas fuerte.

3. Enseguida, una vez hecho esto, deja a un lado esta imagen y este sentimiento de lo que es posible para ti. Ahora, piensa en algo que es completamente cierto para ti, algo de lo que estas absolutamente convencido: ¿requieres aire para vivir?, ¿puedes manejar con destreza un auto?, ¿te puedes comunicar en tu idioma natal?

4. Forma otra imagen con esa certeza que has escogido y asóciala con un sentimiento. Atiende las submodalidades de esta imagen: ¿dónde está ubicada? (al frente, a la izquierda, a la derecha de tu campo visual mental); ¿está asociada, o disociada?, ¿está formada por una serie de imágenes?, ¿se ve a colores?, ¿es brillante u opaca?, ¿tiene movimiento o es como una fotografía?, etc.

5. Presta atención a las cualidades del dialogo interno que empleas cuando te refieres a esa imagen: la voz es: ¿suave?, ¿rápida?, ¿lenta?; ¿qué tono, timbre, ritmo empleas?, ¿de donde viene la voz, cual es su punto de partida?; presta atención a las sensaciones de tu cuerpo asociadas a esta imagen: ¿de donde provienen, donde inician?.

6. Después de haber analizado a detalle la imagen de tu certeza, trae de regreso la imagen de tu posibilidad. Compara ambas imágenes detalle, en cada una de sus partes, analiza, compara y establece las diferencias de todas las submodalidades de ambas imágenes.

7. Una vez tengas bien claro y a detalle las diferencias entre las submodalidades de ambas imágenes, comienza a modificar tu imagen de lo que es posible de manera que sea idéntica en cualidades (submodalidades) a la imagen de tu certeza: ubicala en la misma posición, usa las mismas caracteristicas del dialogo interno, las mismas cualidades visuales como color, brillo, tamaño, enfoque, etc. Ajusta todas las submodalidades de la imagen de la posibilidad hasta que estas sean iguales a las de la imagen de tu certeza, pero manteniendo el contenido intacto.

8. Una vez que tengas esta nueva imagen de lo que es posible para ti, estructuralmente igual a la imagen de tu certeza, trae de regreso la primera imagen de tu posibilidad y observa ambas, la nueva y la original. Enseguida, en un movimiento rápido, empuja y aleja en la distancia la imagen original de tu posibilidad al tiempo que incrementas el tamaño y aumentas el brillo de la nueva imagen de tu posibilidad, la que es estructuralmente igual a la de tu certeza.

Sigue este procedimiento con tus creencias de lo que no es posible para ti: iguala la estructura (submodalidades) de lo que resulta imposible para ti con la estructura de lo que es posible, para luego transformar esta ultima a una imagen con la estructura de algo que es absolutamente cierto para ti, algo de lo cual estás absolutamente seguro.

De esta manera iras remodelando tus creencias viejas creencias e instalando las nuevas que requieras para que todas ellas constituyan recursos que puedeas emplear en el logro de tus objetivos.