viernes, 10 de abril de 2009

¿Y tú, levantas polvo?

Un día, un comerciante de caballos llevó dos magníficos corceles a un príncipe y los ofreció en venta. Ambos animales eran semejantes: jóvenes, robustos y de buena constitución.Pero el comerciante pedía por uno de ellos el doble de lo que pedía por el otro. El príncipe llamó a sus cortesanos y les dijo:-Le regalaré estos magníficos potros al que pueda explicarme por qué uno de ellos vale lo doble que el otro.
Los cortesanos se acercaron a los dos animales y los observaron cuidadosamente, pero no pudieron descubrir ninguna diferencia que justificarse una diferencia de precios tan grande.
-Ya que no comprenden la diferencia entre los dos caballos, será mejor probarlos, así podrán ver con mayor claridad por qué tienen un valor tan distinto.Hizo que dos jinetes los montaran e hizo que dieran algunas vueltas alrededor del patio del palacio. Ni siquiera después de esta prueba los cortesanos lograban entender la diferencia de precio entre los caballos.
Entonces el príncipe explicó:
-Habrán notado que, al correr, uno de ellos casi no dejaba rastros de polvo, mientras que el otro levantaba una gran polvareda. Por esto el primero vale lo doble que el otro, porque cumple con su deber sin levantar tanto polvo."
"Levantar polvo", presumir de logros o cualidades personales, "hacerse notar", puede ser una manifestación de falta de afecto o de reconocimiento por parte de la familia, de los amigos o de los jefes en el trabajo que busca compensar el reconocimiento que otros no hacen sobre uno.Puede ser también una señal de soberbia, de ser reconocido y alabado por los demás a los que se percibe como inferiores.

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