domingo, 26 de abril de 2009

Taller de crecimiento 10.- El autocontrol emocional

El autocontrol emocional es la capacidad que te permite controlarte a ti mismo y a tus emociones, en lugar de que estas te controlen a ti, restándote la posibilidad de elegir lo que quieres sentir en cada momento de tu vida.
Eres actor y hacedor de tu vida ya que de las pequeñas y grandes elecciones que realizas a diario, depende tu existencia.
Tú tienes la maravillosa posibilidad de hacer feliz o no tu vida, a pesar de las circunstancias y los acontecimientos externos.
Las circunstancias no son las que manejan tu vida, sino tú mismo, como sujeto activo, manejas tu felicidad dependiendo de la interpretación que haces de ellas.
Eres lo que piensas. Y, si aprendes a controlar tus pensamientos, te garantizo que podrás controlar tus emociones.
Los sentimientos son reacciones físicas provocadas por los pensamientos. Si no tuvieras cerebro, no sentirías. Se ha comprobado científicamente que con ciertas lesiones cerebrales, no se siente ni siquiera dolor físico.
Todas las sensaciones son precedidas por un pensamiento, por lo tanto, sin la intervención del cerebro no se pueden experimentar sensaciones.
Si controlas tus pensamientos, y puesto que las sensaciones y sentimientos provienen de los pensamientos, eres capaz de tener autocontrol emocional.
Tienes todo el derecho del mundo a elegir hacer, pensar y sentir lo que quieras, siempre y cuando, lo hagas de forma ecológica, es decir, que no perjudiques a nadie.
Sin embargo, hay muchas ideas irracionales o pensamientos distorsionados en nuestra sociedad que impiden nuestro autocontrol emocional y logran que nuestra vida no sea como realmente deseamos.
Tus sentimientos no son simples emociones que te suceden sin más, por cuestiones de azar o casualidad. Tus sentimientos son reacciones que eliges tener. Si eres dueño de tus emociones, si las controlas, no tendrás que elegir reacciones de autoderrota y sufrimiento.
Vamos a hacer un repaso de algunas de estas ideas y pensamientos distorsionados para que realices un autoanálisis y detectes cuáles son las creencias que te impiden un pleno autocontrol emocional.
El menosprecio
Una de las doctrinas que nos han inculcado a la mayoría, sea cual sea nuestra cuna, es que no debemos ser egoístas.
El término egoísmo, según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, significa: "Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás".
Efectivamente, no debemos ser egoístas, pero eso no significa que amarte a ti mismo, cuidarte a ti mismo, pensar en tu bien, sean actitudes egoístas, pero, lamentablemente, nadie nos enseñó la diferencia tan abismal que existe entre amarse uno mismo y ser egoísta.
El amor a los demás está relacionado con el amor a nosotros mismos. Si no eres capaz de amarte a ti mismo, no serás capaz de amar verdaderamente a nadie.
Cuando hayas aprendido a reconocer lo que vales y lo bueno y extraordinario que tú eres, no tendrás necesidad de modificar tus conductas para agradar a nadie ni para obtener la aprobación de nadie.
Te amas a ti mismo y, a la vez, eres capaz de amar a los demás, de hacer cosas por los demás porque puedes dar y hacer cosas para ti mismo.
Ya no tienes problemas para amar o dar, ya no lo haces porque esperas correspondencia o gratitud sino, por el verdadero placer que se siente al ser generoso y amante.
Es posible que no te guste cómo te has portado en algún momento de tu vida, pero eso no te hace malo, nada de eso tiene que ver con tu autovaloración.
Tú vales por sólo el hecho de existir, de ser un serhumano. Tiene un valor intrínseco, ajeno a tus logros.
Es tan absurdo hacer que lo que tú vales dependa de tus logros, como que dependa de la opinión de otros. El resultado de tus actividades, de tus posesiones materiales, de tus triunfos o fracasos, no determina, de ninguna manera, tu valor como persona.
El propio cuerpo
No tienes mejor o peor cuerpo, eres tu cuerpo. Y, si no te gusta, es que no te aceptas a ti mismo como ser humano.
Seguro que la mayoría de las cosas que no te gustan de tu cuerpo, se pueden mejorar, haz de ello un objetivo a lograr. Y, si hay alguna cosa que no puedes cambiar, seguro que puede ser vistas con una óptica diferente.
No caigas en el error de aceptar los cánones de belleza impuestos por la sociedad, no dejes que los demás digan lo que debe ser atractivo para ti, rechaza las comparaciones y las críticas de los demás. Sólo importa lo que sea válido para ti.
La seguridad externa
No busques estar seguro en el mundo, esa seguridad es otra idea irracional ya que mientras vivamos en esta tierra y mientras el sistema no cambie, nunca podremos tener esa seguridad. La seguridad que debes buscar es la seguridad en ti mismo, tu seguridad interior que te permite tener confianza en ti mismo y en solucionar cualquier problema que se te presente.
No olvides que, por muy grandes que sean los problemas, tú eres más grande que ellos.
Dependencia psicológica
Se tú mismo, viviendo y escogiendo los comportamientos que elijas y desees.
El depender psicológicamente de alguien, (familiar, amigo, jefe, pareja, etc.), es una relación inconveniente, ya que no es producto de tu propia elección, sino que es un vínculo en el que te sientes obligado a hacer o ser algo que no quieres.
La prueba para saber si en una relación existe dependencia psicológica es analizar si realmente deseas ese tipo de relación. Si la respuesta es si, no es malo, porque es lo que tú has elegido, pero si la respuesta es que la necesitas o que te sientes obligado a mantenerla, aunque a menudo te moleste, significa que estás actuando irracionalmente.
La independencia psicológica implica: no necesitar a los demás. No, no desear a los demás, sino, no necesitarlos.
Tú eres responsable de tus propias emociones y los demás son responsables de las suyas. Nadie puede controlar tus sentimientos salvo tú mismo o que tú así lo quieras.
No vivir el presente
Solo existe el presente, el pasado ya no es y el futuro todavía no es, el único tiempo que es, es el presente. Solo existe un momento en el que podemos experimentar algo y ese momento es ahora.
Se pierden mucho tiempo y energías en recordar cosas del pasado y en intentar desvelar lo que nos traerá el futuro. Es muy importante que te hagas cargo de tu momento presente. Vives el presente, el ahora.
El pasado ya no existe ni volverá a existir jamás. Te puede aportar muchas experiencias, pero ya pasó. Quédate con lo bueno, olvida lo malo y listo.
El futuro no ha llegado todavía, nada sabes de él, lo puedes vislumbrar, planear, pero no detenerte en él, ya que aun no existe.
Este momento, el ahora mismo, es el único que tienes, por ahora… Por lo tanto, tienes que vivirlo, disfrutarlo, como si fuera el último.
La aprobación ajena
A todos nos gusta que nos aprueben. La aprobación no es un mal en sí mismo, pero, puede serlo, si se convierte en una necesidad en lugar de un deseo.
Es imposible lograr la aprobación de todos en todo lo que hagas. Todos somos diferentes. Además, cuanto más se busca aprobación, menos se encuentra.
El perfeccionismo
No es necesario hacerlo todo bien. La búsqueda constante del éxito en todo lo que hacemos, es desgastante y paralizante.
Está bien que algunas actividades las intentes hacer lo mejor posible, pero todo no tiene que salir perfecto.
La misma ansiedad que da plantearse hacer las cosas a la perfección, nos lleva muchas veces a hacerlas peor, ya que la ansiedad impide pensar con claridad, además, hacer las cosas a la perfección es una idea irracional, ya que la perfección no es un atributo de la naturaleza humana.
Haz lo que quieras hacer y no te prives de ese placer, solo porque quizás no lo hagas bien.
Puede haber ocasiones en las que, según tus propias reglas, fracases en algo, pero este fracaso puede ser productivo, puede servir de incentivo al trabajo y a la investigación. Lo importante es no equiparar el acto, a tu valor como persona. Se trata sólo de no haber logrado el éxito en esa tarea y no que tú no valgas.
La culpabilidad
Las emociones más inútiles son la culpabilidad y la preocupación. La culpabilidad no es solo una preocupación por el pasado, es la inmovilización del presente.
Aprender de las equivocaciones es una parte sana y necesaria del crecimiento y el desarrollo, pero experimentar culpabilidad, no, ya que este sentimiento te impide actuar correctamente en el presente por algo que hiciste en el pasado.
Este sentimiento es irracional no sólo porque te hace sentir molesto y deprimido, sino que es inútil porque, aunque le dediques el resto de tu vida a sentirte culpable, nunca lograrás cambiar lo sucedido.
En su lugar, dedica tu tiempo a hacer algo más constructivo, por ejemplo, a cambiar tu actitud con respecto a las cosas que te producen culpa.
La preocupaciónPor mucho que te preocupes por el futuro, no cambiará nada. No hay que confundir preocupación, con hacer planes, sólo es preocupación cuando, de alguna manera, te encuentras inmovilizado por algo que podría ocurrirte en el futuro.
La preocupación es un mal endémico en nuestra cultura. Casi todos los seres humanos pierden un tiempo enorme en preocuparse y esto no sirve para nada ya que ni un solo minuto de preocupación puede mejorar el futuro, al contrario, nos quita efectividad para vivir el presente.
La preocupación sólo te sirve para agregar estrés innecesario a tu vida y no te aporta nada positivo.
La depresión
Tú eres el único responsable de lo que sientes.
Sientes lo que piensas y puedes aprender a pensar diferente, si decides hacerlo. No vale la pena ser infeliz, estar deprimido o sentirse herido u ofendido.
Examina profundamente qué tipo de pensamientos te están llevando a esos sentimientos de debilidad que no te sirven para nada, más que para paralizarte y evitar que disfrutes del momento presente por pérdidas que, por más que te lamentes, nunca podrás cambiar.
La depresión es provocada por nuestros propios pensamientos negativos con respecto a la pérdida.
Por más que te deprimas, no lograrás recuperar lo perdido. Deprimirte solo te va a servir para agregar a la pérdida, el malestar que te infringes deprimiéndote y, en cima, no disfruta del presente.
La suerte
Creer en la suerte o el destino, es sentarse a esperar que las cosas pasen sin hacer nada para lograrlo, sin buscar lo que uno quiere. Lo racional es ser activos y hacer que sucedan las cosas que deseamos en lugar de sentarnos a esperar que se den solas.
Los prejuiciosTe han enseñado a pensar que “más vale malo conocido, que bueno por conocer” y eso es un prejuicio, aunque no lo sientas como tal. El prejuicio, se basa no tanto en lo que uno odia o le desagrada, como en el hecho de que es más fácil y más seguro quedarse con lo conocido. Eso te limita ya que te impide explorar lo desconocido.
Se espontáneo, elimina tus prejuicios y permítete conocer y tratar con gente e ideas nuevas.
Si no confías en nadie que no te sea totalmente familiar es porque no tienes confianza en tí mismo cuando te mueves en terreno desconocido.
Puedes decidir vivir dada día de una manera diferente, siendo espontáneo y vital o, temer a lo desconocido y quedarte igual, siendo el mismo de siempre.
Uniformidad y monotonía son lo opuesto del crecimiento personal. Tú eliges qué es lo que quieres para tu vida.
La ira
La ira es una reacción inmovilizante que se experimenta cuando nos falla algo que esperábamos. En general, proviene del deseo de que el mundo y la gente sean diferentes a lo que realmente son.
Cuando te enfrentas con circunstancias que no son las que quieres, te dices que las cosas no deberían ser así (te frustras), y entonces, eliges la reacción de la ira.
Puedes aprender a pensar de manera diferente. Lo más probable, es que sigas sintiendo rabia, irritación y desilusión, ya que el mundo no será nunca como tú quieres. Pero la ira puede ser eliminada si cambias el enfoque.
Recuerda que tú no puedes cambiar a las personas, sino que son ellas quienes pueden hacerlo y, a la vista está, no quieren hacerlo. Es tontería molestarse por cosas que no pueden cambiar.
En lugar de elegir la ira, puedes empezar a pensar en los demás como en seres que tienen derecho a ser diferentes a lo que tú quisieras que fueran. Puede no gustarte lo que ves o cómo actúan otros, pero no por ello, debes permitirte enfadarte o sentir ira.
La justicia
La decisión de luchar contra la injusticia puede ser muy admirable sin duda, pero la elección de dejarse perturbar por ello es tan irracional como la culpa, la búsqueda de aprobación o cualquiera de los otros comportamientos autofrustrantes.
Si dejas de buscar la justicia, hacer cuentas y compararte con los demás, seguro que tus relaciones interpersonales mejorarán.
En lugar de perder el tiempo en pensar que las cosas son injustas, puedes decidir qué es lo que realmente quieres y ponerte a buscar los medios para lograrlo, independientemente de lo que el resto del mundo quiera o haga.
La “deberización”
“Deberizar” es actuar como sientes que debes hacerlo, aunque prefieras otra forma de comportamiento (debes ser amable, debes cooperar con las tareas, debes estudiar aunque prefieras otra cosa, debes ser siempre bueno, debes comportarte como todos, etc.).
No pasa nada si no guardas la compostura o no entiendes. Nadie te está llevando lo cuenta ni te va a castigar por no ser algo que otra persona dijo que deberías ser.
Nunca puedes ser nada que no quieras ser.
No quiere decir eso, que estemos contra el mundo, es sólo que nos imponernos "deberías" que no queremos o que nos tensionan.
Hacer lo que queremos es libertad, siempre y cuando no atentemos contra la libertad de otro. Recuerda que la idea es decidir por ti mismo, no, influenciado por los demás.
Podemos equivocarnos, en nuestra elección, pero eso es asunto nuestro, por lo tanto, no "debemos" rendir cuentas a nadie de nuestros errores, que nos ayudan a crecer.

Según Albert Ellis, hay once juicios racionales específicos:

1.- No es una necesidad esencial para un adulto poder contar con el amor y la aprobación de todas las personas que para él son importantes.
2.- Sería conveniente no valorarse a sí mismo sobre la base de la suficiencia, las actitudes y los logros externos.
3.- No hay que acusar o castigar a otros ni a nosotros mismos por actos que cometamos tanto sea por ignorancia, trastornos emocionales o por lo que sea. Sí, aplicar medidas de protección (encarcelación, si es necesario) para corregir esos errores y que no se repitan en el futuro y que ese ser humano se convierta en alguien que puede vivir en sociedad.
4.- Habría que tratar de no interpretar como una catástrofe toda situación que no se presente como uno querría.
5.- Casi ningún caso de desdicha se debe a hechos externos, sino a los pensamientos internos (lo que nos decimos)
6.- Con sólo preocuparse por peligros en acecho y meditar sobre la posibilidad de que se produzcan hechos temidos no se evitan las situaciones desagradables.
7.- La actitud constante de elegir siempre el camino "fácil", evitando dificultades y responsabilidades, suele llevar a la indolencia, a los temores y al aburrimiento. No ser demasiado exigentes consigo mismos ni demasiado poco exigentes. Buscar el equilibrio.
8.- Toda persona tendría que tratar de adquirir un grado de independencia saludable, en lugar de apoyarse en y/o depender de otra persona más fuerte que uno mismo. La meta de la independencia total es irrealista e indeseable. Es irrealizable en nuestra sociedad ya que todos somos en cierta medida, interdependientes. Pero se hace la diferencia con la dependencia parasitaria y las pautas racionales de compañerismo, amistad y cooperación.
9.- Inevitablemente, la historia pasada de un individuo ha ejercido influencias sobre su conducta presente, lo cual no implica que tenga que seguir dirigiéndola, ni afectándola.
10.- De nada sirve preocuparse por los problemas y trastornos ajenos. No hay que confundir el deseo de brindar asesoramiento y ayuda cariñosa a los demás, con la tendencia a preocuparse excesivamente por ellos.
11.- Quien se pone como meta la perfección o el control absoluto de las exigencias de la vida suele sumergirse en el pánico y la ineficiencia. Errar es humano ya que el hombre es un ser falible. No esperar soluciones perfectas, que tal vez ni siquiera existan.

(Extractado del libro “El gran juego” de Carlos Martín Pérez)


Espero que te sea de ayuda.
Se feliz y contagios@.
Te quiero
Ricardo



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