viernes, 17 de abril de 2009

Adelgazar 2.- Las influencias del pasado

En el post anterior escribiste una lista de sensaciones negativas que recordabas de tu ingfancia, referentes a la comida. (Si no leíste el post anterior, te sugiero que lo hagas aquí).

¿Con cuántos referentes negativos del tipo “que no quede nada en el plato”, “si te lo comes todo, te doy un premio”, “te vas a la cama sin comer”, etc., te has encontrado? ¿O, actitudes de alguno de tus allegados frente a la comida: angustia, comer compulsivamente, sin límites, comer a escondidas, etc.

Tienes que entender consciente e inconscientemente que esos referentes negativos provienen de otros, no te pertenecen, no son auténticamente tuyos.

Pueden ser de algún familiar, de algún amigo, del colegio, pero no son tuyos.

Retomemos el ejercicio:

Como quemaste la lista de las sensaciones negativas en la sesión anterior, vas a elaborar una nueva lista, teniendo en cuenta lo que ya sabes.

Es muy posible que la lista de hoy ya no tenga algunos de los elementos de la anterior, eso quiere decir que ya hemos resuelto alguno de ellos.

Busca tu rincón silencioso, toma lápiz y papel, haz tres respiraciones lentas y profundas, y vuelve a centrar tu recuerdo en algún momento de cuando eras niño (recuerda que, si quieres utilizar una foto, puedes hacerlo) y comienza a escribir todos los aspectos negativos referentes a la comida que te vengan a la mente. Ya sabes a qué me refiero…

Bien. Esa o esas otras personas que te dejaron referentes negativos sobre la comida, llamémosles Sr. Otro, tan solo te enseñó lo que él sabía, desde su conocimiento, en aquel momento y circunstancia, pero, tal vez, esa enseñanza se ha quedado obsoleta para ti en el aquí y ahora.

Tampoco vamos a culpara al Sr. Otro por las consecuencias de sus enseñanzas, ya que sería un gasto inútil de energías. Además, estoy seguro de que el Sr. Otro, pensaba que lo hacía por tu bien.

Así que, lo mejor que puedes hacer, es perdonar al Sr. Otro, amar al Sr. Otro y liberarte de sus referentes negativos. Y, en su lugar, diseñar tus nuevos referentes, construir tus propias elecciones.

Cambiar tus referentes negativos por referentes positivos.

Los referentes negativos que provienen de la niñez fueron asimilados por ti naturalmente y sin cuestionamientos, seguramente resultaron de gran utilidad en su momento, pero todo indica que ya no te sirven.

Así que, vamos a zanjar este asunto.

Cierra los ojos, haz tres respiraciones profundas y visualiza, uno por uno, a cada uno de los Sres. Otro de tu infancia. Y, mentalmente o en voz alta, como prefieras, dale las gracias por su ayuda, pídele perdón, perdónalo y dile que le amas. Hazlo con todos los que recuerdes.

Cuando termines el proceso del perdón, permanece en estado de relajación repitiendo mentalmente: “Soy una nueva persona, con nuevos referentes más saludables para mi vida. Me comprendo, me acepto y me amo. Estoy adelgazando porque ese es mi deseo y así ha de ser”.

Repite la frase como si fuera un mantra o estuvieras rezando e intenta profundizar en tu relajación mientras la pronuncias.

Cuando lo desees, centra la atención en tu respiración, cuenta de cinco a uno y sal lentamente del estado en el que te encuentres.

Por la noche, justo antes de que el sueño te venza, vuelve a recitar tu mantra, una y otra vez, hasta que te quedes dormido.

Te aseguro que ya estás perdiendo peso.

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