domingo, 2 de mayo de 2010

La ley de la repulsión

La Ley de la Repulsión

Hay fuerzas muy sutiles que influyen en cada aspecto de la vida. En nuestro dinámico mundo, ninguna de las fuerzas actúa en solitario. La fuerza que puede atraer el dinero hacia usted no es la única fuerza que lo afecta. Si esto fuera así, no tendría ningún problema en ganar dinero de forma constante, sin el peligro además, de perderlo.

Su fuerza de atracción es contrarrestada por la correspondiente fuerza de repulsión. A la vez que su fuerza de atracción atrae el dinero hacia usted, su fuerza de repulsión lo intenta alejar.

La Ley de Repulsión dice: la preconcepción de una imagen tiende a repeler la materialización de cualquier cosa que tenga relación con esa imagen.

La Adicción

Déjeme hacerle una pregunta, ¿Qué significa adicción? Probablemente usted tiene un concepto de esa palabra como algo sucio; le viene a la cabeza un hombre sin afeitar, lleno de harapos en un callejón, con una botella de vino en la mano. Se lo imagina enfermo, con el pelo asqueroso, y cicatrices en los brazos. Apesta; a alcohol y olor corporal. Espantoso cuadro, verdad? Aunque casi establecido, este concepto de adicción está pasado de moda. La adicción, cuando hablamos de dinero, es algo mucho más sutil y muchísimo más común.

El diccionario de la Real Academia de la Lengua define adicción como ‘hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos’.

Para nuestros propósitos, pensemos en adicción como un dolor interno que causa trastornos emocionales si no es calmado.

Las adicciones no siempre son obvias pero siempre son destructivas.

Todas las adicciones, tienen características similares y nos llevan hacia la frustración y la ineficacia de una u otra forma.

Cuando uno es adicto a algo y si no puede conseguirlo, se siente mal. Si lo consigue, pero lo vuelve a perder, lo querrá de nuevo, y otra vez se sentirá mal. No importa el objeto de la adicción; la infelicidad será inevitable.

Cuando uno es adicto, siempre tiene preocupaciones. Esto es inevitable. Siente miedo cuando ve la posibilidad de no conseguir lo que quiere. También se sentirá frustrado si tiene alguna dificultad para conseguirlo. Le aterrorizarán las consecuencias de la no consecución de sus deseos. Se enfurecerá cuando algo se interponga entre usted y ellos. Se amargará cuando pierda de vista su objetivo.

Repeler las Cosas

El adicto a la heroína lucha por conseguir una dosis. El bulímico nunca tiene comida suficiente. El adicto al sexo nunca encuentra pareja que le resista. El adicto al dinero nunca tiene el suficiente.

La adicción nos lleva hacia un ciclo de comportamiento patológico. Cuanto más le elude el objeto de su deseo, más lo desea. Cuanto más se desespere, más se frustrará. Cuanto más se frustre, más obstáculos le irán apareciendo en el camino. En otras palabras, cuando se es un adicto es más difícil de conseguir lo que se quiere. Obtener lo que desea parece ser lo único que importa, la única forma de calmar el dolor. Esta cerrada forma de pensar produce el resultado opuesto al deseado, es decir, la complicación en la consecución de su meta.

La mayoría de la gente tiene claro que cuanto más desee una cosa, más posibilidades tiene de conseguirla. La verdad es justo lo contrario. Cuanto más insista en obtener algo de forma obsesiva, más fuerza repulsiva le estará mandando.

¿Alguna vez ha le ha pasado que no conseguía recordar el título de una canción? Sabía el título, la había oído miles veces, pero, por mucho que se esforzó, no consiguió recordar Un rato después, cuando ya había dejado de intentar recordarlo el nombre de la canción apareció de repente. Esto ilustra perfectamente la Ley de la Repulsión. Mientras se obsesiona con recordar el título de la canción, su mente estaba espesa e ineficaz. Tan pronto como dejó ir la idea, la respuesta apareció sin ser requerida. Este es el tipo de mecanismo por el cual la adicción produce repulsión.

No confunda una adicción con una visualización. Son cosas diferentes. Una adicción causa un estado mental negativo y destructivo que deja al adicto incapaz de actuar de forma eficaz. Por el contrario, un deseo saludable proporciona un estado mental positivo, que facilita el acto consciente de implantar una imagen. Usted podrá cultivar con total facilidad una imagen en su subconsciente y, a la vez, estar libre de toda adicción.

Si la adicción al dinero le proporcionara una vida de riqueza y ocio, no estaría mal. En ese caso, podría usted argumentar que merece la pena soportar los sufrimientos que trae la adicción a cambio de lo antes mencionado. Pero no es así. La adicción al dinero le conduce a una vida de desgracia económica, una vida de trabajo duro y apreturas presupuestarias, una vida de deudas crónicas y sueños rotos. Una adicción al dinero no le da suficientes satisfacciones, haga lo que haga.

Transforme su adicción

El dinero encabeza la lista de los motivos de preocupación. El dinero genera más preocupaciones que ninguna otra cosa en la vida. El dinero provoca más trastornos emocionales que la salud, la familia, la delincuencia, la soledad, el trabajo, la política, el estatus, la situación del mundo o incluso la salvación eterna. Puede que el dinero sea el objeto de adicción más habitual en el mundo hoy.


Si alguna vez le preocupa alguna cosa relacionada con su situación económica, es señal de que tiene algún grado de adicción al dinero.

Lo que debe hacer para liberarse de una adicción es transformar su adicción en una preferencia.

El acto de transformar una adicción en una preferencia es un proceso interno.

No intente transformar una adicción reprimiéndola. Cuando se reprime un deseo, se están destrozando sentimientos, ocultándolos, quemándolos. Cuando se transforma una adicción, lo que se hace es elevar esos sentimientos a un estatus de preferencia.

Para transformar una adicción en preferencia, debe ser sincero. No vale con decir, ‘Vale, desde este momento todas mis adicciones se han convertido en preferencias.’ Eso no funcionará. En este tema no hay engaños. Debe programar en su cerebro las correctas respuestas emocionales. Su conversión debe ser sincera y profunda.

Si consigue transformar su adicción al dinero de verdad, no de palabra, sorprendentemente, éste empezará a llegar en mayor cantidad de lo que usted pueda imaginar. Cuando uno se libera de la adicción al dinero, éste llega sin necesidad de buscarlo. Tan pronto como deje de necesitarlo, lo tendrá. Así es como funcionan las cosas.

Para entender este proceso, debe entender la diferencia entre una adicción y una preferencia. Si tiene una adicción se sentirá preocupado. Si tiene una adicción, incluso cuando satisface el objeto de su deseo, inmediatamente le preocupará conservar lo que obtuvo, y esto, perpetuará la adicción.

Si se trata de una preferencia, usted siente paz. Cuando contemple el objeto que quiere conseguir, no aparecerán respuestas mentales de miedo, envidia o aprensión. Por el contrario, siente claridad y serenidad.

Una adicción ofrece esclavitud, una preferencia ofrece libertad.

Imagínese dando un largo paseo en bicicleta. Llega el sábado. Prepara su bicicleta, prepara la comida para almorzar en el camino. Se siente bien y está deseando salir. En ese momento se pone a llover. Llueve con tanta fuerza que no se puede ver a más de tres o cuatro metros. Si tiene una adicción, se pondrá furioso. Todos sus planes al garete. Se preguntará por qué estas cosas siempre le ocurren a usted. Su cuerpo estará hirviendo de rabia. El resto del día lo pasará maldiciendo por lo que le ha ocurrido.

Si tiene una preferencia, simplemente se dará cuenta de la situación y entenderá que su plan ha sido frustrado. Agudizará su ingenio, deshará lo que tenía preparado, y entrará en casa. Quizás telefoneará a un amigo, leerá un libro, o jugará un rato con su ordenador. Más tarde, se preparará un delicioso almuerzo. Disfrutará el resto del día con lo que vaya viniendo. El día será maravilloso. Cuando usted funciona desde el punto de vista de una preferencia, no habrá nada que pueda evitarle el disfrute del momento.



Recibido de: Juan Camilo Machado

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