viernes, 15 de mayo de 2009

Taller de crecimiento 15.- Motivos y razones

Hagamos ahora una reflexión sobre la responsabilidad personal.

Cuando queremos hacer algo experimentamos una sen­sación muy diferente a cuando tenemos que hacerlo. La dife­rencia está en saber si queremos o tenemos que hacer las cosas.

Esta sutil diferencia de palabras resulta ser una enorme desigualdad de emociones para actuar y varía grandemente nuestra habilidad para responder ante aquello que hayamos realizado.

Lo que hacemos lo realizamos por razones o por motivos.

La enorme diferencia entre ambas causas es que la primera genera un tener que hacer las cosas, originando una pesada obligación; mientras que los motivos generan un querer hacer las cosas, originando una orgullosa responsabilidad.


DIFERENCIAS:

RAZONES -> "TENER QUE HACER" -> OBLIGACIONES -> TE INVOLUCRAS

MOTIVOS -> “QUERER HACER” -> RESPONSABILIDAD -> TE COMPROMETES



Ser responsable nos da un enorme poder, nos diferencia del resto de la comunidad al sabernos capaces de responder ante cualquier consecuencia de lo que hayamos hecho, nos posiciona automáticamente como los más auténticos dueños de nuestra vida.

Existen muchas personas que hacen lo que hacen porque tienen que hacerlo y siguen vivien­do bajo una obligación, bajo el pesado yugo de otro, mientras que existe otra talla de personas, más felices, que hacen lo que hacen por la responsabilidad que generan sus motivos.

¿A qué tipo de gente perteneces? ¿Lo que haces lo haces por obligación o por tu propia responsabilidad? ¿Qué predomina en tu diario queha­cer: razones o motivos?

Todos hacemos las cosas por razones y motivos, sin embargo, la gran diferencia en la calidad de nuestras vidas está en el predominio de alguna de ellas.

¿Te responsabilizas verdaderamente de tus actos? ¿Con qué frecuencia? ¿Buscas culpables por aquellos resultados insatisfactorios que tu mismo obtuviste? ¿Con qué frecuencia lo haces?

Vivir responsablemente es tener en nuestras manos el des­tino que hemos elegido trazar en nuestra existencia.
Tú, el día de hoy, eres tan sólo el lógico resultado de todo lo que has hecho hasta ahora mismo.

Por ejemplo, observa tu cuer­po. Obsérvalo detenidamente. ¿Te gusta? ¿Te desagrada? Pues bien, sea cual sea la respuesta que des, es tan sólo el resultado de lo que has hecho con él en los años pasados y hasta ahora. Ob­serva tu mente y hazte las mismas preguntas, el resultado proviene de lo mismo, de lo que has hecho con ella hasta hoy. Observa tu condición económi­ca. Otra vez, es tan sólo el resultado de tu responsabilidad, de lo que has hecho con tus finanzas hasta hoy.

Y recuerda:

Si no encuentras verdaderos motivos, las razones aparecerán en tu vida. Tú decides, como siempre.





Gracias. Sé feliz y contagios@ y no te olvides de soñar tu vida cada día. Te amo.

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